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Exodo 27. Manteniendo la luz Encendida

 

Mantener las lámparas del Tabernáculo encendidas era un trabajo mancomunado del pueblo y el sacerdote Aarón.

V 20 -21 “Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas. 21 En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante de Jehová desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones.

Mantener la luz de Cristo encendida en el corazón del mundo entero es una responsabilidad de todo el pueblo de Dios en cabeza de sacerdotes, líderes y pastores.

Por esta razón Cristo nos llama la luz del mundo. Mateo 5: 14 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.” La responsabilidad de todo cristiano es hacer que la luz de Cristo brille en el mundo.

La única forma que tenemos para hacer que la luz de Cristo brille en este mundo es a través de nuestro comportamiento. V 16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿todas las personas con las cuales tratamos de manera diaria, en nuestro trabajo, en el estudio o en cualquier otro lugar donde estemos si ven en nosotros la luz de Cristo o por lo contrario ven en nuestro comportamiento solo tinieblas.

No se trata de que solo seamos luz en el templo y cuando salimos dé el seamos oscuridad, de echo lastimosamente de muchos cristianos y ministros de Jesucristo se dice eso: luz en la calle o en el templo, pero oscuridad en la casa o en muchos también se podría decir: luz en la casa y en el templo, pero oscuridad en la calle todos nos conocen como mal testimonio.

Nuestra luz debe mantenerse encendida siempre de día y de noche, es decir en todos nuestros actos debe reflejarse la luz de Cristo.

Como mantener nuestra luz encendida las 24 horas del día.

1.Manteniendonos en contacto con Dios a través de la oración. Efesios 6: 18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos

·       1.1. La oración nos permite vivir en paz con nosotros mismos y con los demás, la oración no solo es para pedir o exigir milagros.

·       1.2. A través de la oración afianzamos nuestra relación con Jesucristo y nos permite estar siempre en intimidad con él.

2. Estando siempre atentos a través del estudio diario de la palabra. Josué 1: 8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

·       2.1. Jesucristo a través de la palabra nos da consejos que nos permite prosperar en todo lo que hagamos.

·       2.2. Ser prospero no es lo mismo que ser rico, rico es tener bienes materiales en abundancia, ser prospero es tener la capacidad de poder vivir bien en cualquier situación que tengamos que vivir, en abundancia o en escases podemos estar felices.

El espíritu santo es el aceite que necesitamos para que nuestra luz, la luz de Cristo en nuestro corazón nunca se apague y la podamos dar a conocer al mundo entero.