Los seres humanos cuando consideramos que una persona ha sido o es muy importante o que de alguna manera a contribuido con el mejoramiento en todas las áreas de una comunidad por lo general le hacemos algún homenaje como reconocimiento a su labor.
El significado
de ofrenda no solo es ofrecer o dar.
Con nuestra
ofrenda le rendimos homenaje a Jesucristo en agradecimiento por todo lo que él ha
hecho por la humanidad y en especial por cada uno de nosotros y nuestra
familia.
Cuando le
hacemos una fiesta por cumpleaños, onomástico o por cualquier otra razón a una
persona le estamos rindiendo homenaje no importa que costo tenga, todos
contribuimos y llevamos regalos para que esa fecha sea inolvidable.
Jehová también
quiere que a través de nuestra ofrenda le rindamos homenaje a él y a su hijo
Jesucristo, todos debemos contribuir de acuerdo a nuestra capacidad para
rendirle homenaje a través de un buen lugar donde congregarnos para hacerle la
fiesta, con una buena alabanza compuesta de los mejores instrumentos. Etc.
Unas buenas
sillas donde recibir a quienes nos visitan, iluminación, equipos de transmisión.
Etc. Con nuestra ofrenda contribuimos a que el homenaje a Jesucristo sea digno
de todo un rey.
Debemos ofrendar
de acuerdo a nuestra capacidad o de acuerdo como cada mes hayamos prosperado,
el que tiene más da más y el que tiene menos da menos. 1 Corintios 16: 2 “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo
llegue no se recojan entonces ofrendas”
Las personas
generosas y agradecidas con Jesucristo pueden hacer ofrendas especiales
conforme lo sienta en su corazón. 2 corintios 9: 7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con
tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”
Una de las
muchas razones por las cuales el Rey David era conforme al corazón de Jehová,
era por su amor a la obra de Jehová y su gran generosidad para con ella.
El Rey David
además de lo que consideraba debía dar, daba de su propio tesoro, el daba más
de lo que le correspondía. 1 crónicas 29: 3 “Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la
casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de
todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la
casa de mi Dios”
Desde la antigüedad
nadie tenía excusa para no ofrendar, todos debían hacerlo de acuerdo a su capacidad
económica, la biblia registra tres estratos sociales y todos debían ofrendar.
1. Alguien
con buenos recursos. Levítico 5: 6 “y para su expiación traerá a Jehová por su pecado
que cometió, una hembra de los rebaños, una cordera o una cabra como ofrenda de
expiación; y el sacerdote le hará expiación por su pecado.”
2. Alguien con
unos recursos insuficientes. V 7 “Y si no tuviere lo suficiente para un cordero,
traerá a Jehová en expiación por su pecado que cometió, dos tórtolas o dos
palominos, el uno para expiación, y el otro para holocausto.”
3. Alguien
muy pobre que no tiene recursos. V 11 “Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas,
o dos palominos, el que pecó traerá como ofrenda la décima parte de un efa de
flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella
pondrá incienso, porque es expiación”
Nadie es
tan pobre que diga que no tiene ni una moneda para ofrendar, Dios mira la
sinceridad y la alegría de corazón.
La cosecha
en el campo y en el mundo espiritual está ligado a la forma de la siembra,
siembras escasamente teniendo como hacerlo en abundancia, siembras tan solo lo justo
o siembras de manera generosa.