Había muchos requerimientos para ofrecer sacrificios a Dios entre esos requerimientos había algo que siempre se repetía… la Orden era: ¡Que Nunca se Apague el Fuego! V 12 – 13 “Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz. El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.” Hoy en día el espíritu santo también es símbolo de Fuego. Si traemos esta orden a nuestros tiempos podríamos decir que el fuego del espíritu santo nunca debe apagarse en nosotros.
Es el
espíritu santo lo que nos mantiene en pie de lucha para nunca desanimarnos de
seguir con Cristo y de nuestras luchas diarias.
Cuando el Fuego del Espíritu Santo está en Nosotros.
1. Nos
levanta el ánimo cuando queremos Renunciar a todo. Jeremías 20: 9 “Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su
nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis
huesos; traté de sufrirlo, y no pude” las diferentes
dificultades de la vida en muchas ocasiones nos quitan las fuerzas para
avanzar.
2. El
espíritu santo nos muestra las equivocaciones que tenemos. Juan 16: 8 “Y cuando él venga, convencerá al
mundo de pecado, de justicia y de juicio” por si
solos no queremos ver lo malo que hay en nosotros.
3. Habla
por Nosotros. Mateo 10: 20 “Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu
de vuestro Padre que habla en vosotros.”
Como Mantener Encendido el Fuego del Espíritu Santo.
1. Oración.
Nuestra Oración debe ser constante, al igual que la leña no debía faltar a sí
mismo la oración no debe faltar. 1 Tesalonicenses 5: 17 “Orad sin cesar.”
Nuestras
oraciones no solo deben ser para pedir o reclamar un milagro, nuestras
oraciones deben ser para entrar a la presencia de Dios y para pedir la
presencia del Espíritu Santo en nuestra vida. Lucas 11: 13 “Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial
dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
2.
Palabra. La palabra de Dios es la que
nos direcciona y nos dice cómo debemos actuar. Hebreos 4: 12 “Porque la palabra de Dios es viva y
eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos
y las intenciones del corazón.”
3.
Servicio. El adagio clínico dice: “todo órgano que no se utiliza se atrofia”
todo cristiano que no sirve se vuelve tibio. Juan 12: 26 “Si alguno me sirve, sígame; y donde
yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre
le honrará.”
Que Apaga el fuego del Espíritu Santo.
1. Amistad
con el Mundo. El anhelar las prácticas y tradiciones del mundo nos hace estar
en el templo con el cuerpo, pero el corazón y la mente en el mundo. Santiago 4:
4 “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que
la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser
amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.”
2.
Desanimo. La falta de actividad hace que una persona se vuelva mediocre es
decir desanimado. Un cristiano que no
Ora con intensidad, que no estudia la palabra de manera diaria y que no sirve
por lo general siempre vive Desanimado. Números 32: 7 “¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no
pasen a la tierra que les ha dado Jehová?”