Bíblicamente el incienso significa las oraciones de los santos.
Apocalipsis
5: 8 “Y cuando hubo tomado
el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron
delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que
son las oraciones de los santos”
Esto sucede
con Jesucristo, en muchas ocasiones nuestra manera de comunicarnos con él es
extraña, rara o incomprensible.
El fuego es
símbolo del espíritu de Dios, Nadab y Abiú ofrecieron incienso que, al mezclarse
con el fuego, Jehová considero que ese fuego era extraño. V 1 “Nadab y Abiú, hijos de Aarón,
tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual
pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca
les mandó.”
Es posible
que la presentación delante de Jehová de estos dos sacerdotes no fuera la más
adecuada y pura. V 9 “Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando
entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo
será para vuestras generaciones,”
Jehová les
recuerda que no se puede ofrecer incienso y fuego a Jehová estando indignos o
impuros, sea por ingerir licor o por practicar cualquier otra actividad
inadecuada para el momento.
Que hace
que nuestras Oraciones sean Extrañas.
1. Un corazón
lleno de Resentimiento. Mateo 5: 23 – 24 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te
acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda
delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven
y presenta tu ofrenda” muchos cristianos se
congregan hace muchos años, pero su corazón está lleno de maldad.
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1.1. De nada sirve que digas que te
congregas en la mejor iglesia, si te pasas la vida hablando mal de los demás,
si estas levantando las manos al cielo y a la vez el dedo a acusador los
diriges a tu hermano que peco o que fallo.
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1.2. A muchos de los que nos
creemos los más santos cuando estamos de rodillas o con los ojos cerrados y las
manos levantadas en el templo, también Dios nos dice, deja tu oración en el
altar y reconcíliate con esa persona que odias y de la cual te la pasas murmurando
y criticando, porque tu fuego es extraño para mí.
2. Creernos
los más santos y que no somos pecadores. 1 Juan 1: 8 “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a
nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.”
Cuando oramos creyendo que los demás son más pecadores que nosotros, nuestras
oraciones se convierten en fuego extraño.
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2.1. La única forma de corregir lo
malo que hacemos es reconociendo que hemos fallado. No podemos corregir algo
que consideramos es perfecto.
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2.2. Todos pecamos solo que de
manera diferente o posiblemente la diferencia está en que el pecado de esa
persona que señalamos esta al descubierto y nuestro pecado está oculto en nuestro
corazón.
3. Creer en
Dios, pero no creer en su palabra. Proverbios 28: 9 “El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también
es abominable.” Muchas personas y aun
cristianos aseguran creer en Jesucristo, pero no en la biblia porque es escrita
por hombres.
· 3.1. No aceptan que la
biblia es escrita por hombres, pero inspirados por Dios a través de su santo espíritu.
· 3.2. Nuestras oraciones
delante de Dios cuando se las hace sin creer en la palabra se pueden convertir
en fuego extraño.
De nuestro comportamiento con los demás,
de nuestra forma de hablar y sobre todo de nuestra relación con Dios, depende
que nuestras oraciones sean agradables a Dios o se conviertan en Fuego extraño.