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Levítico 24. No hables mal de los Demas

 

Donde hay personas, hay comunicación. Y, dentro de las posibilidades de comunicación, existe tanto el deseo de hablar bien, como el de hablar mal. Hablar mal puede, en algunos casos, también llamarse sencillamente Blasfemar.

Las personas felices no necesitan hablar mal de los demás para ellos sentirse bien, las personas sabias en lugar de hablar mal de los demás miran en ellas lo bueno para poder imitar y mejorar.

En lugar de obsesionarte con la desaprobación de los demás o de criticar a otros, dedica tu tiempo a mejorarte a ti mismo y a mejorar tu entorno.

La blasfemia es lo mismo que la Injuria esto es hablar mal de alguien con la intención de dañar su reputación este delito existe con el propósito de proteger la honorabilidad de las personas.

Cuando una persona habla mal de alguien y le daña su credibilidad, reputación e imagen y de esa persona dependen muchas otras no solo daña al difamado daña y afecta la vida de todas las personas que le siguen por alguna circunstancia.

Este es el caso de Jehová si alguien habla mal de el no solo daña su buen nombre también afecta la vida de todas las personas que confían y tienen fe en él.

Teniendo en cuenta el daño tan grande que causan las personas que blasfeman el nombre de Jehová el castigo es la muerte. V 16 “Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.

En el antiguo testamento el castigo de muerte era literal. La congregación lo tenía que apedrear. Hoy en día la peor muerte que alguien puede sufrir es el rechazo o la indiferencia.

Este castigo era aplicable a los miembros del pueblo a los que conociendo de Dios decidían hablar mal de Jehová.

Que la gente del mundo habla mal de Dios es normal, si Dios aplicara esta ley para los del mundo ya no abrían habitantes y si tendríamos que despreciar y rechazar a todos los que hablan mal en el mundo tendríamos que salirnos de este mundo. 1 Corintios 5: 10-11 “no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.

Un cristiano no necesita proferir palabras con su boca para hablar bien o mal sobre Dios sus actos hablan acerca de quién es Dios.

Como Podemos Blasfemar de Dios.

1. Con Nuestra Mala Actitud. Nuestros actos pueden convertirse en el mejor método de evangelización para atraer muchas personas a los pies de Cristo o también el peor repelente que usa satanás para alejar personas de Cristo.

2. Tibieza Espiritual. Para Jesucristo es preferible alguien frio que alguien tibio. Apocalipsis 3: 15- 16 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!  Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” las personas tibias son las que más daño le causan al evangelio.

2.1. El Tibio Practica tradiciones del mundo y confunde a los nuevos cristianos ya que ellos creen que eso es lo correcto.

2.2. El Tibio Vive desanimado y hace que los demás también sean mediocres en el servicio a Dios.

2.3. El Tibio cree a su manera y hace que los demás en especial los nuevos no se sujeten a la palabra de Dios.

Una persona no solo habla con su boca también nuestros actos hablan y mucho más que nuestra boca. Con nuestro mal comportamiento podemos estar blasfemando de Dios. Nuestro comportamiento de cristiano puede hacer que muchas personas lleguen a los pies de Cristo o que muchas se alejen de Dios.