23_05

Números. 1. Dispuestos para Luchar

 

En este mundo hay dos tipos de personas, personas de fracaso y personas de éxito, lastimosamente son más las personas de fracaso, que las personas de éxito.

Quienes han logrado el éxito consideran que solo para las personas que están dispuestas a luchar por lo que quieren no hay límites.

Las personas de fracaso siempre tienen un límite que ellos mismos ponen delante de ellos, para no avanzar o para no lograr lo que quieren.

Jehová quería que su pueblo fuera un triunfador en todo, pero no lo iba a convertir en un triunfador de la noche a la mañana o a través de un milagro, hay cosas que solo depende de nosotros los humanos.

Para que el pueblo lograra triunfar en sus batallas era necesario que convocara a todos los que estaban dispuestos para luchar o para ir a la guerra. V 2-3 “Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus padres, con la cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas. De veinte años arriba, todos los que pueden salir a la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón por sus ejércitos

Las familias o las diferentes organizaciones seculares o espirituales que quieren triunfar en lo que hacen deben estar compuestas por personas que estén dispuestas a comprometerse, cada familia debía enviar un representante. V 4 “Y estará con vosotros un varón de cada tribu, cada uno jefe de la casa de sus padres” todo trabajo en conjunto tiene mayores resultados.

Muchos cristianos quieren pertenecer a la mejor iglesia, pero esperan a que otros se esfuercen, ellos solo asisten como espectadores.

Las mejores iglesias al igual que las mejores instituciones seculares se logran si todos contribuyen económicamente y con servicio personal.

No podemos pretender tener la mejor familia si solo unos contribuyen y sirven, mientras otros solo viven del esfuerzo de los demás.

En la familia, la iglesia o cualquier otra institución debe asignarse responsabilidades, solo de esta forma crece y se desarrolla.

Como desarrollamos la capacidad de Luchar.

1.Teniendo muy claro que es lo que queremos lograr. 1 corintios 9: 23 “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire” el que no sabe que es lo que quiere está perdida, cualquier camino le sirve.

2. Amando eso que queremos lograr. Colosenses 3: 23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” solo cuando amamos lo que hacemos nos esforzamos más de lo exigido.

3.Buscando formas para obligarnos a luchar por lo que queremos Lograr. 1 Corintios 9: 27 “sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” la mejor forma de obligarnos a luchar por una meta es buscando algo o alguien quien nos motive a luchar.

4. Nunca mirando para atrás, siempre manteniendo la mirada en nuestro Objetivo. Filipenses 3: 13 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,” las personas que viven del pasado sea bueno o malo se estancan, el pasado debe servirnos como aprendizaje para avanzar.

·       4.1. Anhelar el pasado lo único que produce retroceso. Isaías 43: 18 “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.” Si las cosas pasadas no nos impulsan a seguir avanzando es mejor olvidarlas.

5. No creyendo haberlo logrado todo. Filipenses 3: 12 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús” las personas que creen ya haber conseguido lo que querían dejan de seguir luchando y pronto pierden la motivación para avanzar.

No importa cuántos sueños tengamos si no nos esforzamos por conseguirlos, solo se quedarán en bonitos sueños. A demás de tener metas es importante estar dispuestos a luchar por conseguirlas. ¿Cuánto estas dispuesto a dar de ti para conseguir lo que deseas?