Los pastores son mucho más que tan solo personas encargadas de cuidar un rebaño de ovejas para Cristo.
La función de
un pastor va más allá de tan solo administrar o cuidar la congregación local al
que fue asignado.
Para ofrecerse
a Dios y de esta forma poderlo servir de manera permanente. Una ofrenda es un obsequio,
dádiva o don que se ofrece en muestra de reconocimiento, gratitud o veneración. V 11 “y ofrecerá Aarón los levitas delante de Jehová en
ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el ministerio de Jehová.”
Los levitas, pastores o sacerdotes son ofrecidos
en ofrenda. V 13 “Y
presentarás a los levitas delante de Aarón, y delante de sus hijos, y los
ofrecerás en ofrenda a Jehová.”
Los sacerdotes son considerados propiedad
de Jehová. V 14 “Así
apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas”
El pueblo ya no tiene que ofrecer a sus
hijos para que le sirvan a Jehová de manera obligada, los sacerdotes sirven a Jehová
en remplazo de quienes no lo pueden hacer. V 16 “Porque enteramente me son dedicados a mí los
levitas de entre los hijos de Israel, en lugar de todo primer nacido; los he
tomado para mí en lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel.”
Los levitas
no están desamparados, Jesucristo tiene personas a quienes bendice económicamente
para apoyarlos. Mateo 10: 42 “Y
cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por
cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.”
La palabra
de Dios cada día se escasea, ya en muchas congregaciones no se habla de ella
por el afán de mantener establecimientos llenos. Por esta razón el pueblo se
pierde por falta de conocimiento. Oseas 4: 6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó
conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del
sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus
hijos.”
Los sacerdotes
llamados por Jesucristo tienen la misión de conservar la palabra y hacer que la
humanidad entera se acerque a ella.
Luchar para
que la palabra de Dios se conserve y no se acabe no es tarea fácil ya que satanás
no quiere que el pueblo de Dios estudie la escritura.
Por esta razón
muchas congregaciones terminan en eventos de entretención, quieren mantener a
la gente ocupada y contenta para que no se vayan a otro lugar.
Jesucristo sabe
que el enseñar la palabra de verdad no es fácil, por esta razón levanta gente
para que protejan a sus enviados. Hechos 18: 9 “Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche:
No temas, sino habla, y no calles; 10 porque yo estoy
contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo
mucho pueblo en esta ciudad”
En cada
ciudad Jesucristo tiene personas que bendice y prepara para que puedan ayudar a
quienes él ha llamado a su servicio de cuidar la palabra.
La Orden de
Jesucristo es que nunca dejemos de predicar la verdad, debemos hacerlo en todo
tiempo. 2 Timoteo 4: 1-2 “Te encarezco delante de Dios y del Señor
Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su
reino, 2 que prediques la palabra; que instes
a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y
doctrina.”