Dios es misericordioso y justo por esta razón ordeno que se dejaran tres ciudades de refugio en estas ciudades podrían ir a buscar protección todos aquellos que cometieron un crimen por error o sin querer hacerlo. V 4-5 “Y este es el caso del homicida que huirá allí, y vivirá: aquel que hiriere a su prójimo sin intención y sin haber tenido enemistad con él anteriormente; como el que fuere con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, saltare el hierro del cabo, y diere contra su prójimo y éste muriere; aquél huirá a una de estas ciudades, y vivirá”
Los que
huyeren a esas ciudades siendo culpables de su crimen debían ser expulsados de
la ciudad. V 11 “Pero si hubiere alguno que
aborreciere a su prójimo y lo acechare, y se levantare contra él y lo hiriere
de muerte, y muriere; si huyere a alguna de estas ciudades”
En este
tiempo ya no existen ciudades de refugio ahora Jehová a través de Jesucristo es
nuestro refugio. Salmos 46: 1-3 “Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro
pronto auxilio en las tribulaciones. 2 Por tanto, no
temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;”
La gran
diferencia de Jesús con las ciudades de refugio es que a pesar de nosotros ser
culpables no somos arrojados fuera, Jesús nos justifica delante del padre.
Romanos 3: 24 “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante
la redención que es en Cristo Jesús”
Como hacer que Jesús sea nuestro Refugio.
1.
Reconociendo que hemos Fallado. Romanos 3: 9 “¿Qué, pues? Somos
nosotros mejores que ellos En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y
a gentiles, que todos están bajo pecado.”
la única forma de buscar ayuda se de manera secular o espiritual es cuando
reconocemos que estamos fallando.
2.
Arrepintiéndonos de corazón. Mateo 4: 17 “Desde entonces comenzó
Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado” la única forma de conseguir o alcanzar la perfección
es si corregimos lo malo que estamos haciendo. Sin corrección no hay
perfección.
3.
Recibiendo a Jesucristo en nuestro corazón. Apocalipsis 3: 20 “He aquí, yo estoy a la
puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré
con él, y él conmigo” solo si abrimos la puerta de nuestro corazón y
permitimos que el entre el podrá corregir lo que está fallando en nosotros.
4. Dejando
que Jesucristo transforme nuestra vida.
2 Corintios 5: 17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”
solo Jesucristo puede hacernos nuevos.
5.
Estudiando la palabra de Dios de manera constante. Josué 1: 8 “Nunca se apartará de
tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para
que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” la
palabra de Dios tiene poder para hacer que todo lo que hagamos nos salga bien.
6.
Manteniéndose siempre en Oración. 1 Tesalonicenses 5: 17 “Orad sin cesar.”
orar no solo es hablar con Dios, a través de la oración podemos entrar a la
presencia de Dios y disfrutar de él.
7.
Congregándose para ser formados por la Palabra. Hebreos 10: 25 “no dejando de congregarnos,
como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis
que aquel día se acerca” en la unidad del pueblo Dios se
manifiesta y podemos fortalecernos los unos a los otros.
8.
Manteniéndonos siempre en la presencia de Dios. Debemos entender que fuera de
Jesucristo nada podemos hacer y sobre todo perdemos su protección. Juan 15: 5 “Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho
fruto; porque separados de mí nada podéis hace”
Que Jesucristo
sea nuestro refugio no significa que no tengamos problemas, que Jesucristo sea
nuestro refugio significa que con el tendremos tiempo para descansar y seguir
adelante con nuestras diferentes luchas, si Jesucristo es nuestro refugio
siempre tendremos otra oportunidad de volver a comenzar.