Toda buena relación se basa en el conocimiento que se tengan el uno del otro.
Muchas relaciones de pareja fallan
porque a pesar de llevar muchos años juntos duermen en una misma cama y
comparten un mismo techo, pero no se conocen lo suficiente.
La única forma de conocernos con alguien es a través del habla, entre más hablamos con una persona más la conocemos y más se estrecha nuestra relación. Las familias que no hablan se distancian cada día más.
Cuando recibimos a Jesucristo en
nuestro corazón iniciamos una relación con él y como toda relación es necesario
cada día fortalecerla.
En el tiempo en que Samuel
ministraba estaba pasando algo terrible. Ya no había comunicación con Dios es
decir su palabra escaseaba cada día más. V 1 “El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de
Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con
frecuencia.” Y lamentablemente en este tiempo también la palabra escasea
cada día.
Como consecuencia de esta falta de
comunicación Samuel, aunque ya ministraba y ya enseñaba acerca Jehová, él no lo
conocía. V 7 “Y
Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido
revelada.” hoy en día por la falta de comunicación ya no solo no
conocemos a Jehová, tampoco conocemos a quienes están con nosotros a las
personas que decimos que más amamos.
Esta falta de conocimiento nos aleja de nuestros seres
queridos. Pero sabes que es lo más
interesante y quizá hasta impactante. Samuel no conocía a Jehová…pero Jehová si
conocía a Samuel. y lo conocía por su nombre. V 3-4 “Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová,
donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,
Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.”
El no conocer a los
demás y en especial a Dios hace que confundamos su voz con la de cualquier otra
persona. V 5 “Y corriendo luego a Elí,
dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve
y acuéstate. Y él se volvió y se acostó.”
Muchos cristianos
confunden la voz de Jesucristo con la de sus emociones. Esto los lleva a vivir
de error en error. Muchos cristianos dicen Dios me hablo, me dijo que me meta
en este negocio, otros dicen Jehová me dijo que me vaya de la iglesia y muchos
llevados por sus emociones siempre se lamentan de las decisiones que toman.
El cristiano sin
conocimiento de Cristo debe tener la humildad para dejarse guiar por quienes ya
conocen a Jehová. V 8 “Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó
y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió
Elí que Jehová llamaba al joven”
La mejor forma de conocer
a Jesucristo y a las demás personas es teniendo la disposición de escucharlo. V
9 “Y
dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová,
porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar.”
Para escuchar atentamente a
Jesucristo y a las demás personas es necesario dejar a un lado toda
distracción, para muchos el distractor más grande es el celular.
Cuál es tu distractor, ¿qué es lo
que te impide escuchar a Dios y a tus familiares? No permitas que esos
distractores te alejen y dañen tu buena relación con los Demás.
Como conocer a Dios y los Demás
1. Teniendo la capacidad de
Escuchar. V 10 “Y
vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces
Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.” El escuchar a los demás es la
mejor fórmula para conocerlos.
2. No imponiendo sus puntos de
vista. V 18 “Y
Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada. Entonces él dijo: Jehová es;
haga lo que bien le pareciere.” Obedecer no es subyugarse a otro, obedecer es tener
la capacidad de ponerse de acuerdo con los demás para lograr grandes cosas.
3. Acompañando en los procesos
diarios de la otra persona. V 19 “Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a
tierra ninguna de sus palabras.” Jehová siempre
nos escucha, por eso nos conoce y siempre está dispuesto a marchar con nosotros
llevándonos de su mano.
El conocer a Jesucristo hace que lo
amemos y no solo nos congreguemos por interés de un milagro. Lo que mantiene
firme una relación es la convivencia y la única forma de mantener una excelente
convivencia es el conocernos cada día más.