Tener corazón de líder significa experimentar ese sentimiento que surge al presenciar el sufrimiento de otro y que conlleva a un deseo de ayudar.
Un Líder no vale solo por su Nombramiento.
Para ser Líder se necesita mucho más que tan solo ser nombrado.
Un Líder verdadero se caracteriza
por la clase de corazón que tiene.
David se encargaría de hacer todo
lo que Dios quería. Pero esto solo podría ser posible con la ayuda de
Jesucristo mismo. Filipenses 4: 13 “Todo
lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Solo es posible hacer lo que Dios
nos manda si el mismo nos fortalece. Sin la ayuda de Jesucristo y su espíritu
sencillamente sería imposible obedecer.
Dios quería que David fuera Rey,
pero era necesario probar su corazón. El rey o el Líder deberían tener un
corazón:
1. Prudente ante la voz de los
insensatos. V 4 “Entonces los hombres de
David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a
tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y
calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.” No todas las personas nos dan buenos consejos. No
por maldad simplemente por desconocimiento.
2. Capas de sentir cuando algo no
está bien. V 5 “Después de esto se turbó
el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.” Un verdadero
líder tiene la sensibilidad para detectar el sufrimiento de los demás.
3. Siente Honra por sus superiores.
V 6 “Y dijo a sus hombres: Jehová me
guarde de hacer tal cosa contra mi señor, “, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra
él; porque es el ungido de Jehová” si no honramos a nuestros
superiores, cuando nosotros seamos lideres tampoco nos honraran.
Como nosotros tratamos a los demás
de esa misma forma nos trataran a nosotros el día de mañana. Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan
con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los
profetas”
4. Enseña la honra a los demás y no
se deja influenciar. V 7 “Así reprimió
David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se levantasen contra
Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.”
5. Es Humilde a pesar de la
adversidad. V 8 “También David se levantó después, y
saliendo de la cueva dio voces detrás de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y
cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo
reverencia.” La humildad lo lleva a desarrollar un corazón sensible.
6. Convence con argumentos y
desecha la fuerza. V 9-10 “Y dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes
las palabras de los que dicen: ¿Mira que David procura tu mal? He aquí han
visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me
dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano
contra mi señor, porque es el ungido de Jehová.” La violencia
comienza cuando se acaban los argumentos.
7. Todo lo deja en las manos de
Dios. No se preocupa por tomar venganza de manera personal. V 12 “Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová;
pero mi mano no será contra ti.” Un verdadero líder sabe que quien
responde por él, es Jesucristo.
8. Se valora por lo que es. Pero
deja que Dios pelee por él. V 14-15 “¿Tras quién ha
salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una
pulga? 24:15 Jehová, pues, será juez, y él juzgará entre tú y yo. El vea
y sustente mi causa, y me defienda de tu mano.” Debemos valorar nuestros talentos, pero debemos
entender que fue Dios quien nos los dio.
9. Nunca paga mal por bien ni
tampoco devuelve mal por mal. V 18 “Tú
has mostrado hoy que has hecho conmigo bien; pues no me has dado muerte,
habiéndome entregado Jehová en tu mano.” No permite que la mala actitud de los demás altere
su esencia para ayudar.
10. Siempre espera el momento
oportuno. La paciencia es su escudo. V 20 “Y
ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de
ser en tu mano firme y estable,” David era consciente de que él era el que reinaría,
pero no tomaría el reino por sus propios medios.