Las personas de éxito saben que todo proyecto o toda meta que quieran alcanzar la deben planificar, es decir de saber cómo y cuándo es que la va a conseguir.
Igualmente, el triunfo no es algo
que simplemente viene por el azar o por la suerte.
Jesucristo nos tiene reservados
para triunfar, nos dio dones y talentos para poderlo lograr. hay triunfadores
de éxito y simplemente triunfadores ocasionales.
No importa cuantos dones o talentos
tengamos es necesario planificar nuestro Triunfo.
Como planificar nuestro Triunfo.
1. Entendiendo que cada día hay una
lucha que enfrentar. V 2 “Saúl entonces se levantó y descendió al desierto de Zif,
llevando consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en
el desierto de Zif.” Las cosas importantes y especiales no son fáciles de
conseguir por esta razón no todos lo consiguen.
El Mundo de los fracasados está
lleno de gente soñadora que nunca se esforzaron por conseguir lo que querían.
2. Manteniéndose a la expectativa.
V 4 “David, por tanto,
envió espías, y supo con certeza que Saúl había venido.” las
personas descuidadas por lo general siempre son sorprendidas por sus enemigos
físicos o de cualquier otro tipo: pereza, desanimo. Etc.
3. Siendo el Primero y Ejemplo en
actuar. V 6 “Entonces
David dijo a Ahimelec heteo y a Abisai hijo de Sarvia, hermano de Joab: ¿Quién
descenderá conmigo a Saúl en el campamento? Y dijo Abisai: Yo descenderé
contigo” las grandes cosas no se las consigue solo mandando a los
demás, si nosotros damos el primer paso los demás nos van a seguir.
4. Manteniéndose firme en su
Propósito. V 8-9 “Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado Dios a tu
enemigo en tu mano; ahora, pues, déjame que le hiera con la lanza, y lo
enclavaré en la tierra de un golpe, y no le daré segundo golpe. Y David
respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el
ungido de Jehová, y será inocente?” David ya había tenido la
oportunidad de matar a Saúl, pero no había querido y ahora otra vez se le
presentaba la misma oportunidad.
En la vida siempre vamos a
encontrarnos con repetidas oportunidades para hacer lo que no queremos, si
estamos seguros de lo que queremos nos vamos a mantener firmes.
5. Dejando siempre las cosas en las
manos de Dios. V 10-11 “Dijo además David: Vive Jehová, que, si Jehová no lo
hiriere, o su día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca,
guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero toma ahora
la lanza que está a su cabecera, y la vasija de agua, y vámonos.” Dios
estaba probando en David, la paciencia, la tolerancia y sobre todo la capacidad
de tener misericordia.
·
5.1. David era un hombre conforme al corazón de Jehová
y Jehová es misericordioso es decir él tiene la capacidad de perdonar a quien
no merece perdón.
6. Defendiendo lo correcto, a un lo
correcto de nuestros enemigos. V 15-16 “Y dijo David a Abner: ¿No eres tú un hombre? ¿y
quién hay como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has guardado al rey tu señor?
Porque uno del pueblo ha entrado a matar a tu señor el rey. Esto que has
hecho no está bien. Vive Jehová, que sois dignos de muerte, porque no habéis
guardado a vuestro señor, al ungido de Jehová. Mira pues, ahora, dónde está la
lanza del rey, y la vasija de agua que estaba a su cabecera.” Las
personas de éxito no esperan triunfar a costa del fracaso de otros.
7. Convence con Argumentos y no con
la Fuerza. V 19 “Ruego, pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de
su siervo. Si Jehová te incita contra mí, acepte él la ofrenda; mas si fueren
hijos de hombres, malditos sean ellos en presencia de Jehová, porque me han
arrojado hoy para que no tenga parte en la heredad de Jehová, diciendo: Vé y
sirve a dioses ajenos” un adagio popular dice: “Cuando se acaban los
argumentos comienzan las ofensas.”
8. Espera la Recompensa de parte de
Dios y no de los hombres. V 24 “Y he aquí, como tu vida ha sido estimada preciosa
hoy a mis ojos, así sea mi vida a los ojos de Jehová, y me libre de toda
aflicción.” Cuando nosotros esperamos recompensa de parte de las
personas a quien servimos por lo general nos decepcionamos y ya no queremos
seguir sirviendo. En este mundo siempre vamos a encontrar a personas agradecidas
y a personas desagradecidas.
Las cosas no suceden por
casualidad, todo lo que Dios tiene reservado para nosotros es necesario planificarlo,
no podemos cambiar nuestro destino, pero si lo podemos modificar, podemos ser
unos simples triunfadores o unos excelentes triunfadores.