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2 crónicas 21. Poder descontrolado

 

Un adagio popular dice el que nunca ha tenido y llega a tener loco se quiere volver.

Este adagio no solo es aplicativo en lo económico, las personas que nunca han estado en una posición de mando y son promovidos a cargos de liderazgo actúan como si estuvieran locos, sus actos se salen de control y actúan de manera perversa.

Hay muchas personas que cuando reciben poder o se hacen fuertes se les daña su corazón. Este fue el caso de Joram el hijo de Josafat. V 4 “Fue elevado, pues, Joram al reino de su padre; y luego que se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos, y también a algunos de los príncipes de Israel.                

Cuando una persona se deja enceguecer por el poder o la fama no para de hacer maldad. V 6 “Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová.   El poder mal llevado es más peligroso que cualquier droga alucinógena.  

Cuando el poder se sale de control causa muerte a quien la posee y a todos quienes están a su lado. V 14-15 “he aquí Jehová herirá a tu pueblo de una gran plaga, y a tus hijos y a tus mujeres, y a todo cuanto tienes; 21:15 Y a ti con muchas enfermedades, con enfermedad de tus intestinos, hasta que se te salgan a causa de tu persistente enfermedad.

El ser humano es un ser insaciable que por lo general siempre quiere más y más. Entre más tiene más quiere.

Todos los seres humanos cuando hacemos bien nuestro trabajo o nos destacamos más que otros somos exaltados o puestos sobre cargos de prominencia. Deuteronomio 26: 19 “a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho

Como evitar que se descontrole el poder que se nos Confiere.

1. Pidiendo a Dios Dominio Propio. 2 Timoteo 1: 7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” Es Dios quien nos da la capacidad de dominar nuestras emociones.

2. Teniendo buenos tiempos de intimidad con Dios a través de la Oración. Jesús era famoso pero la oración lo mantenía equilibrado. Lucas 5: 15 – 16 “Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.  5:16 Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba” no importa cuán importante sea tu trabajo siempre deja un espacio para Dios que es quien te dio el Poder.

3. Siendo humilde. La verdadera exaltación proviene de la humildad. Salmos 147: 6 “Jehová exalta a los humildes, Y humilla a los impíos hasta la tierra.” La humildad nos lleva a servir. Para Jesucristo lo principal en cualquier persona de liderazgo es el servicio. Marcos 10: 45 “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

4. No creyéndose más que los demás. Romanos 12: 3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” El creernos más que los demás nos lleva ofender y a dañar.

5. Acordándonos de donde nos rescató Dios. Deuteronomio 7: 7 “No por ser vosotros más que todos los pueblos os han querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;” cuando nos olvidamos del lugar o de la condición de donde nos sacó Dios señalamos a quienes todavía están en esa condición.

6. Acordándonos que todo lo que tenemos es de Dios. Deuteronomio 8: 17-18 “y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. 8:18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.

7. Siendo agradecidos con Dios y con las personas que contribuyeron para nuestra fama. Colosenses 3: 15 “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.

Nunca permitas que el poder que puedas llegar a tener se salga de control, siempre recuerda que es Jesucristo a través de muchas otras personas que te ha puesto en ese lugar, nunca dejes de ser agradecido.