¿Alguna vez te has sentido muy agobiado, asediado o acorralado por tener un problema de difícil resolución? ¿Has tenido que hacer frente a una situación crítica relacionada con problemas económicos? Si es así, entonces has estado con el agua al cuello. Como puedes ver, el uso de esta expresión está relacionado con casos en los que una persona se encuentra en grandes dificultades o aprietos, que provocan la misma sensación que estar a punto de ahogarse por efecto del agua.
De esta forma se sentía el Rey David, sentía que el
agua le había llegado hasta el cuello. V 2 “Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer
pie; He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha negado.”
David creía que sus enemigos
crecían constantemente. V 4 “Se
han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa;
Se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué. ¿Y
he de pagar lo que no robé?” muchas veces nosotros creemos que
todo nos sale mal y que no tenemos salida.
Como actuar cuando todo parece Perdido.
1. Clamar a Dios. Creer que
solo él puede hacernos libres. V 1 “Sálvame, oh Dios,
Porque las aguas han entrado hasta el alma.” Es necesario que soltemos nuestras cargas y
se las entreguemos a Jesucristo. 1 pedro 5: 7 “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene
cuidado de vosotros.”
2. Nunca cansarte de llamar
o pedir. Para salir de la desesperación se necesita de mucha paciencia. V 3 “Cansado estoy de llamar; mi garganta se
ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.”
Dios permite que pasemos por dificultades para formarnos.
3. Reconocer que hemos
fallado o que nos hemos equivocado. V 5 “Dios, tú conoces mi insensatez, Y mis pecados no te son ocultos”
lo más importante en momentos de desesperación es no hacernos o sentirnos las
víctimas. No busques culpables asume tus responsabilidades. De victima pasa a
ser protagonista en la lucha por salir de la desesperación.
4. Utilizar nuestra
situación para enseñar a otros. V 6 “No sean avergonzados por causa mía los que en ti confían, oh Señor
Jehová de los ejércitos; No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios
de Israel.” de nuestra actitud frente al problema depende que
otros crean o no en Jesucristo.
5. Reconoce el momento que
estás pasando, pero sin desesperarte. V 20 “El escarnio ha quebrantado mi corazón, y estoy
acongojado. Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; Y consoladores, y
ninguno hallé.” No podemos negarnos a nuestra realidad. Esto nos
lleva a prepararnos.
6. Ignora a quienes quieren
dañar tu corazón. V 21 “Me
pusieron además hiel por comida,
Y en mi sed me dieron a beber vinagre.” Jesús
también tuvo que soportar el rechazo de los demás. Juan 19: 28-29 “Después de esto, sabiendo Jesús que ya
todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. 29Y
estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre
una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.”
7. Alabar siempre a Dios
cualquiera que sea nuestra situación. V 29-30 “Mas a mí, afligido y miserable, Tu salvación, oh Dios,
me ponga en alto. 69:30 Alabaré yo el nombre de Dios con
cántico,
Lo exaltaré con alabanza.” La Adoración atrae la paz y la
tranquilidad.
8. Busca siempre a Dios y tu
vida cambiara. V 32 “Lo
verán los oprimidos, y se gozarán.
Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón,”
9. Ama a Jesucristo no lo
busques solo por interés. V 36 “La
descendencia de sus siervos la heredará,
Y los que aman su nombre habitarán en ella.”
No luches en tus fuerzas
Jesucristo quiere ayudarte a salir de la desesperación. Lo único que necesitas
es entregarle todas tus cargas. Creer en él y dejarlo que actué a tu favor.
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