La vejes es una etapa normal y natural en las personas.
En la
travesía de la vida, la etapa dorada de la vejez emerge como un capítulo
especial que merece ser vivido con plenitud y alegría.
Con los
hábitos adecuados y las herramientas correctas, el proceso de envejecimiento
puede ser saludable y agradable. Por eso, es importante que le pidamos a
Jesucristo que nos de la sabiduría necesaria para asegurar una vejez
plena, saludable y feliz, ya sea para nosotros mismo o para nuestros seres
queridos.
La vejez
debe ser un proyecto contemplado en nuestra vida, así como planificamos a largo
plazo inversiones económicas, paseos, fiestas de nacimiento o cumpleaños de
esta misma forma y con mayor responsabilidad deberíamos planificar nuestra
vejez.
Cuando
estamos jóvenes y llenos de fuerza deberíamos planificar el como queremos
vernos, sentirnos y vivir nuestra ancianidad.
Como tener una vejez Agradable.
1. Pidiendo a Dios que sea
el quien esté con nosotros en nuestra vejez. 71: 9 “No me deseches en el tiempo de la
vejez; Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.” El acompañamiento de nuestra
familia es importante en nuestro proceso de vejez, pero el acompañamiento de
Jesucristo es mucho más importante.
·
1.1. Que Jesucristo y las demás
personas permanezcan con nosotros en nuestra vejes depende de cada uno de
nosotros, debemos mantener una actitud agradable.
·
1.2. Deberíamos pensar en si con
esa actitud desagradable que tenemos los demás estarían felices de acompañarnos
en nuestra vejez.
2. Buscando a Dios desde la
Juventud. 71: 17 “Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud,
Y hasta ahora he manifestado tus maravillas.” si tú no
tuviste la bendición de conocer a Cristo desde joven no te preocupes, con
Jesucristo todos tenemos la oportunidad de ser hechos nuevos. 2 corintios 5: 17
“De
modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
3. Busca un propósito para
tu vida. La inactividad es lo que deteriora la vejez de una persona. Y si ese
propósito tiene que ver con servir a Jesucristo mucho mejor todavía. V 18 “Aun en la vejez y las
canas, oh Dios, no me desampares, Hasta que anuncie tu poder a la posteridad,
Y tu potencia a todos los que han de venir,”
·
3.1. Muchas personas cuando estaban
activas en su vida laboral gozaban de muy buena salud. Pero en el momento en
que se jubilaron de su trabajo y cayeron en la inactividad empezaron con las
enfermedades físicas y mentales. Depresión, angustia y soledad.
4. Cree que Jesucristo le
puede dar vida a nuestros años. V 20 -21 “Tú, que me has hecho ver muchas
angustias y males, Volverás a darme vida, Y de nuevo me levantarás de los
abismos de la tierra. 71:21 Aumentarás
mi grandeza, Y volverás a consolarme.” Recuerda la frase que
dice: no le quites años a tu vida, dales vida a tus años.
5. Siendo agradecidos con
Dios y con las personas que han estado siempre con nosotros. Valora el esfuerzo
o el trabajo de los demás. V 22 “Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, Oh Dios
mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa, Oh Santo de Israel.”
El agradecimiento por los buenos años que pasamos con los demás hace que
podamos disfrutar de un buen presente en nuestra ancianidad.
6. Creyendo que Cristo
renueva nuestro ser interior. 2 corintios 4: 16 “Por tanto, no desmayamos; antes,
aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante
se renueva de día en día.” Siéntete satisfecho con la edad que tienes.
·
6.1. La falta de aceptación a
nuestro nuevo estado físico hace que no lo aceptemos y vivamos insatisfechos e
infelices.
Cualquier etapa de nuestra
vida, sea niñes, adolescencia, juventud y vejes son maravillosos si nos
disponemos a disfrutarlos con Jesucristo y nuestros seres queridos. Renuncia a
toda amargura de tu corazón y deja que Jesucristo te llene de su Paz.