La alegría es una emoción que a menudo subestimamos, pero que tiene gran impacto en la calidad de nuestras vidas.
No es solo una respuesta a
circunstancias felices, sino un estado de ánimo que podemos cultivar y
mantener, incluso en medio de desafíos.
La alegría es más que una simple
emoción pasajera.
La alegría no solo enriquece nuestra vida emocional, sino que también tiene efectos positivos en nuestra salud física y mental.
Estudios han demostrado que las
personas que experimentan niveles más altos de alegría y bienestar emocional
tienen menos probabilidades de sufrir de estrés, ansiedad y depresión. Además,
la alegría fortalece nuestro sistema inmunológico, mejora la salud
cardiovascular y nos ayuda a vivir más tiempo.
Solo Jesucristo nos da la verdadera
alegría. V 9, 11 “Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de
Israel: He aquí que yo haré cesar en este lugar, delante de vuestros ojos y en
vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de alegría, y toda voz de esposo y
toda voz de esposa. Entonces les dirás: Porque vuestros padres me dejaron,
dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y los sirvieron, y ante
ellos se postraron, y me dejaron a mí y no guardaron mi ley”
Jesucristo nos hace experimentar paz a un en medio de las dificultades, es por
esto que su paz no es entendible para la lógica humana. Filipenses 4: 7 “Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús”
La única forma de experimentar
verdadera alegría es teniendo paz en nuestro corazón. Juan 14: 27 “La paz os dejo, mi paz
os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni
tenga miedo”
Lo interno de cada uno de nosotros
se refleja de manera externa provocando paz en la sociedad.
Jesucristo nos da alegría, pero no
de manera mágica, él nos da alegría en el corazón y después nos enseña a como expresarla
externamente.
1. Teniendo Pensamientos que
Generen alegría en nosotros. Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que
es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad.” de nuestra manera de pensar depende nuestra manera de
vivir.
2. Teniendo Momentos para nosotros
a través de Orar o Meditar. Lucas 5:
15-16 “Pero su fama se
extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase
de sus enfermedades. 5:16 Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba” la meditación
a través de la oración genera en nosotros sentimientos de alegría.
3. Teniendo una buena actitud en
los momentos de abundancia o escases. Filipenses 4: 12 “Sé vivir humildemente,
y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar
saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer
necesidad” la verdadera alegría no la determina lo que tenemos, sino
lo que hacemos con lo que tenemos.
4. Estando contentos con lo que se
tiene. Hebreos 13: 5 “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que
tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré” esto no
significa que debemos ser resignados, esto significa que debemos amar lo que
tenemos mientras luchamos por conseguir algo mejor.
5. Teniendo una Forma agradable de
Hablar. Colosenses 4: 6 “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal,
para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” a muchas personas no nos
molesta lo que nos dicen, a muchos nos molesta es la forma como nos dicen las
cosas. De nuestra forma de hablar o de contestar depende que vivamos en alegría.
Proverbios 15: 1 “La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra
áspera hace subir el furor.”
Es fácil ser alegre cuando todo va bien, pero la verdadera prueba es el saber cómo la mantenemos en tiempos difíciles. La vida no siempre es fácil, y todos enfrentamos desafíos en algún momento. Sin embargo, incluso en medio de las dificultades, es posible encontrar motivos para estar alegres.
ESCUCHA NUESTRA RADIO CLIK AQUÍ
