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Ezequiel 10. Buscando la gloria de Dios


 En este capítulo Ezequiel nos cuenta la maravillosa experiencia de encontrarse con la presencia de Dios. V 4 “Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima del querubín al umbral de la puerta; y la casa fue llena de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria de Jehová.”

un verdadero cristiano cuando acude al templo a la hora del culto, no solo lo hace por costumbre o porque le encanta las predicaciones que escucha, el lo hace porque quiere tener un encuentro maravilloso con Jesucristo.

En el culto buscamos la gloria de Dios a través de la Adoración y la alabanza. 2 crónicas 5: 13 “Cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová: y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre: entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová.”

Muchos cristianos llegan tarde al culto cuando ya la alabanza a terminado, la verdad es que poco interés le tienen.

Muchos prefieren llegar a la hora de la predicación, buscan una palabra que los erice, que los emocione o los haga sentirse importantes.

La palabra es muy importante ya que es la que nos reta, nos anima al cambio, nos exhorta y si el predicador es experto en el pulpito con mayor razón.

La alabanza en una iglesia no es para esperar a que los invitados lleguen, esto solo sucede en los circos, para esperar a que el público llegue por lo general se pone música.

En el templo la música de Adoración o alabanza no es para esperar a que la gente llegue, la Adoración y la alabanza es para esperar que descienda la presencia o la gloria de Dios.

La palabra es para nuestra edificación, la Adoración y la alabanza es para atraer la presencia de Dios, cuando la presencia de Dios desciende suceden milagros. 2 crónicas 5: 22 “Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros:”

No es la fuerza conque se exigen milagros o la gritería lo que hace que sucedan milagros en algún un lugar, es la presencia de Dios o la gloria de Dios en ese lugar lo que hace milagros.

Dios es nuestro Padre; y como hijos podemos acudir a Él en cualquier circunstancia que rodee nuestras vidas. Nuestra búsqueda con Él debe ser genuina, con humildad y un corazón puro y honesto.

Nuestro Padre no puede resistir un corazón que le busca en espíritu y en verdad. Teniendo siempre presente que su Espíritu Santo es quien nos acompaña y permite que la conexión con Él sea más eficaz. 2 crónicas 15: 2 “Y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oídme, Asa, y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él: y si le buscareis, será hallado de vosotros; más si le dejareis, él también os dejará.”

Cuando acudas al templo no lo hagas para buscar un milagro, acude al templo buscando la presencia de Jehová, si la presencia de Dios está en ese lugar también estarán los mil gros, recuerda los milagros son la añadidura que acompaña a Jesucristo.

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