ser cristiano es aceptar las enseñanzas de Jesucristo las cuales nos permiten vivir de una excelente manera, es decir a través de su palabra Jesucristo quiere enseñarnos a cada día ser mejores en lo que somos y en lo que hacemos. Jeremías tenia una palabra para el pueblo de parte de Jehová. V 3 “Así ha dicho Jehová: El que se quedare en esta ciudad morirá a espada, o de hambre, o de pestilencia; más el que se pasare a los caldeos vivirá, pues su vida le será por botín, y vivirá.” La palabra los desafiaba y los desacomodaba.
Como era de esperarse, las
autoridades del pueblo querían callar a Jeremías, esa palara no les convenia.
38: 4 “Y dijeron los príncipes al rey: Muera ahora este hombre;
porque de esta manera hace desmayar las manos de los hombres de guerra que han
quedado en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo, hablándoles tales
palabras; porque este hombre no busca la paz de este pueblo, sino el mal.”
Hoy en día sucede algo similar,
muchas personas buscan con afán a Jesucristo y cuando les dicen que Jesucristo
cumplirá todos sus caprichos, recibirán milagros a granel, se hacen o se llaman
cristianos sin pensarlo dos veces.
Muchas personas buscan en las
iglesias pastores que les prediquen lo que ellos quieren oír y se vuelven
enemigas de todo aquel que les predique la verdad. 2 Timoteo 4: 3 “Porque vendrá
tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír,
se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,”
Hoy en día predicar la verdad de
Cristo es exponerse a los ataques de quienes quieren un evangelio acomodado.
38: 6 “Entonces
tomaron ellos a Jeremías y lo hicieron echar en la cisterna de Malquías hijo de
Hamelec, que estaba en el patio de la cárcel; y metieron a Jeremías con sogas.
Y en la cisterna no había agua, sino cieno, y se hundió Jeremías en el cieno.”
Muchas personas saben la verdad,
pero prefieren ignorarla y lo más terrible, hacen que nadie más la conozca. 38:
19, 24-26 “Y dijo el rey Sedequías a Jeremías: Tengo temor de los judíos que se han
pasado a los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me escarnezcan. Y
dijo Sedequías a Jeremías: Nadie sepa estas palabras, y no morirás. Y si los
príncipes oyeren que yo he hablado contigo, y vinieren a ti y te dijeren:
Decláranos ahora qué hablaste con el rey, no nos lo encubras, y no te
mataremos; asimismo qué te dijo el rey; les dirás: Supliqué al rey que no me
hiciese volver a casa de Jonatán para que no me muriese allí.”
Hoy en día mucha gente miles y
miles de personas buscan a Jesucristo, pero no para someterse a él. Lo buscan
con insistencia y llenan grandes estadios y coliseos solo para buscar un
milagro que les permita vivir cómodos.
Muchas personas ya no predican por
amor a Jesucristo y su obra salvadora. Lo hacen porque tienen intereses
personales. Filipenses 1: 15 “Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y
contienda; pero otros de buena voluntad.”
Muchas personas ya no buscan a
Jesucristo por lo que puedan aprender de él lo hacen por lo que él les pueda
dar. Juan 6: 26 “Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis,
no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os
saciasteis.”
Jesucristo quiere que lo busquemos
en espíritu y en verdad. Juan 4: 23 “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también
el Padre tales adoradores busca que le adoren.”
Desde un principio Jehová espera
que su pueblo lo busque por amor verdadero y no interesado. Deuteronomio 6: 5 “Y amarás a
Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.”
La profecía de Amos ya se está
cumpliendo, cada día la palabra de Dios se está acabando. Muchos siervos de
Dios por ignorancia o por interés predican evangelios al gusto de cada persona.
