El orgullo es uno de los sentimientos más complejos que podemos experimentar. En la Biblia, se describe como un sentimiento o actitud que nos lleva a pensar demasiado bien de nosotros mismos y a menospreciar a los demás. El orgullo nos hace sentir superiores y nos lleva a comportarnos de manera arrogante y despectiva. La Biblia tiene una visión muy clara sobre el orgullo: lo considera un pecado y proporciona numerosos versículos que advierten sobre las consecuencias de ser orgulloso. Por ejemplo, en Proverbios 16:18 se dice: «Antes del desastre el corazón del hombre se enaltece, Pero antes de la gloria está la humildad». Este versículo enseña que el orgullo puede llevar a la ruina.
El orgullo nubla nuestro razonamiento a tal grado
que creemos que todo lo existe es gracias a nosotros. V 3 “Habla, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo
estoy contra ti, Faraón rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus
ríos, el cual dijo: Mío es el Nilo, pues yo lo hice.”
El creer que todo nos pertenece eleva nuestro ego,
esto nos convierte en personas antipáticas, por lo cual muchos se alejan de
nosotros.
Si no entendemos que no todo lo sabemos o lo podemos,
cuando nos pidan ayuda creyendo que somos superiores en todo, cuando decidamos
ayudarlos lo más probable es que los decepcionemos. V 7 “Cuando te
tomaron con la mano, te quebraste, y les rompiste todo el hombro; y cuando se
apoyaron en ti, te quebraste, y les rompiste sus lomos enteramente.”
Las personas orgullosas que creen saberlo todo o
que todo les pertenece, por lo general siempre pierden el respeto de los demás,
cuan do ellos se dan cuenta que solo son falsas pretensiones.
Con nuestro orgullo, también en nuestra
equivocación arrastramos a los demás. En este caso no solo viviría las
consecuencias el faraón, también las consecuencias serían para su pueblo es
decir Egipto. V 9 “Y la tierra de Egipto será
asolada y desierta, y sabrán que yo soy Jehová; por cuanto dijo: El Nilo es
mío, y yo lo hice.”
En contraste, la Biblia fomenta la humildad. En
Mateo 23:12 se dice: «Y
cualquiera que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido».
Aquí se nos muestra que la humildad es altamente valorada, y
aquellos que son humildes recibirán honor.
Las personas orgullosas y maltratadoras no solo
sufren ellos, lo más triste es que terminan metiendo en problemas a su familia
o a quienes conviven con el.
El orgullo y toda mala acción que desarrollamos, se
paga, es decir todos cosechamos de lo que sembramos. Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser
burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
El orgullo se castiga, tarde o temprano cada quien recibirá
de lo que da o de lo que hace, que quieres cosechar el día de mañana, eso dependerá
de lo que puedas sembrar hoy.
