Nuestra vida es semejante al agua, para poderla disfrutar es necesario que este limpia.
Para que en ella haya vida es necesario que este limpia, en un lago con
aguas contaminadas es imposible que los peces y diferentes animales del agua
puedan vivir.
El faraón rey de Egipto era culpable de la mala
forma de vida de su pueblo, él se encargaba de ensuciar sus propias aguas.
Ezequiel 32: 2 “Hijo de hombre, levanta endechas sobre Faraón rey de Egipto, y dile: A
leoncillo de naciones eres semejante, y eres como el dragón en los mares; pues
secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con tus pies, y hollabas sus riberas.”
Este mundo
es un foco de contaminación diaria, solo Jesucristo nos, purifica o nos hace de
nuevo, con el ahora somos nuevas criaturas. 2 corintios 5: 17 “De modo que, si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas.”
Solo hay dos formas para mantener una vida sana y
agradable como el agua potable.
1. Eliminando todo foco de Contaminación. V 13 “Todas sus bestias destruiré de
sobre las muchas aguas; ni más las enturbiará pie de hombre, ni pezuña de
bestia las enturbiará.” Es necesario detectar que es lo que daña nuestra
vida.
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1.1. Cambiando nuestra mala forma de hablar. Colosenses 4: 6 “Sea vuestra palabra siempre con
gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”
de nuestra forma de hablar depende que tengamos buen a o m ala con vivencia con
los demás.
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1.2. Cambiando nuestra forma negativa de pensar. Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo
que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad.” Nuestros pensamientos son los que determinan nuestra
forma de actuar.
2. Dejando que las aguas se asienten para que la
mugre quede en el fondo. V 14 “Entonces
haré asentarse sus aguas, y haré correr sus ríos como aceite, dice Jehová el
Señor.” Es necesario darnos un tiempo para poder actuar en el momento
oportuno.
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2.1. Cuando los ánimos están exaltados por lo general hablamos cosas que
no hubiéramos querido decir. Santiago 1: 19 “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto
para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;”
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2.2. La mejor forma de desarmar a una persona que esta
exaltada es hablándole de manera apacible. Proverbios 15: 1 “La blanda respuesta quita la ira; Mas
la palabra áspera hace subir el furor.”
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2.3. Soportándonos los unos a los otros. Colosenses 3:
13 “soportándoos unos a
otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la
manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.” Debemos entender
que todos somos imperfectos por lo tanto siempre ofendemos de una o de otra
forma.
La vida que nos dio Jesucristo es
cristalina y maravillosa, no la ensucies con tu mal comportamiento, solo
Jesucristo puede darnos paciencia y dominio propio.
