Con la muerte y resurrección de Jesucristo no solo tenemos salvación y vida eterna.
A través de la muerte de Jesucristo
somos libres de la esclavitud del pecado, es decir nosotros podemos decidir
entre pecar o no pecar. Romanos 6: 14 “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la
ley, sino bajo la gracia.”
Dios nos ha dado el poder de enseñorearnos del
pecado, es decir nosotros lo podemos dominar.
Satanás no puede obligarnos a pecar, él lo único que hace es tentarnos,
la decisión es nuestra.
Dios no quiere destruir a su pueblo, es la consecuencia del pecado lo que lo
lleva a su destrucción y la esclavitud. Ezequiel 39: 23 “Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue llevada
cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos
mi rostro, y los entregué en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada.”
El pecado tiene el efecto de las arenas movedizas,
una vez que entras te empiezan a absorber y entre más luchas por salir más te
hundes es decir te hace su esclavo. Juan 8: 34 “Jesús les respondió: De cierto, de
cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.”
El pecado nos aleja de Dios. Ezequiel 39: 24 “Conforme a su inmundicia y conforme a sus rebeliones hice
con ellos, y de ellos escondí mi rostro.” cuando un cristiano se aleja
de Dios queda desamparado y por lo tanto se convierte en presa fácil del
enemigo, que anda como león rugiente buscando a quien devorar.
Lo ideal sería no acercarnos al pecado para no
convertirnos en su esclavo, pero si por alguna razón hemos caído, a través del
arrepentimiento verdadero nos podemos acercar otra vez a Dios y él nos libera.
Ezequiel 39: 25 “Por tanto, así ha dicho Jehová el
Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la
casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre.”
Solo a través de Jesucristo podemos romper toda
cadena de esclavitud con el pecado. Juan 8: 36 “Así que, si el Hijo os libertare,
seréis verdaderamente libres.”
Cuando salimos del pecado en nuestras fuerzas
podemos lograrlo solo por un corto tiempo, solo con la ayuda del espíritu de
Dios podemos lograrlo por siempre. Ezequiel 39: 29 “Ni
esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre
la casa de Israel, dice Jehová el Señor.”
El espíritu santo es el que nos está recordando que
cosa podemos hacer y qué cosas no debemos hacer. Juan 14: 26 “Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
Ser Libre es tener la capacidad de poder tomar
decisiones y asumir las consecuencias de lo que se hace sin esperar que otros
respondan por nuestros actos. La persona esclava toma decisiones y después los
demás asumen las responsabilidades de sus malas decisiones.
