La mayoría de los seres humanos damos de lo que recibimos, lo malo de todo esto es que algunos solo damos o devolvemos lo malo que nos dan.
Si nos han dado maltrato tenemos la excusa perfecta para maltratar y si nunca nos dieron amor también tenemos la excusa para no dar nada.
Saber esto no debe despertar en nosotros espíritu de Interés, es decir no podemos decir: si me dan doy.
Esto debe llevarnos a pensar ¿porque estoy Recibiendo lo que estoy recibiendo?
Debemos entender que los demás también dan de lo que reciben, lo que tú y yo les damos es lo que ellos nos devuelven.
Jehová conoce muy bien este principio por eso él no nos pide de lo que el primero no nos a dado. V 19 “cuando comencéis a comer del pan de la tierra, ofreceréis ofrenda a Jehová.” el pueblo tenía que ofrendar una vez ya este comiendo de la tierra que Jehová les había prometido.
El rey David reconocía que él no daba de la nada, o porque fuera muy generoso el daba generosamente lo que había recibido de las manos de Jehová. 1 Crónicas 29: 14 “Pero ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecer tan generosamente todo esto? Porque de ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de tu mano te damos.”
La diferencia entre el rey David y muchos de nosotros es que él era un hombre agradecido de lo que Jehová le daba, muchos de nosotros nos gustan recibir de Jehová, pero se nos olvida cuando se trata de dar.
La Bendición de recibir es una cadena, yo doy de lo que recibo, si yo dejo de dar los demás tampoco darán y el circulo de bendición se corta.
El circulo de bendición comenzó en Jehová el no solo nos da lo material, también dio a su propio hijo para salvarnos a nosotros. Juan 3: 16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Este círculo de bendición en alguna parte se rompió, alguien dejo de dar por esta razón muchos no recibimos nada a cambio de lo que damos.
De nosotros depende que esta bendición continúe. No importa que los demás no nos den como esperamos, nosotros nunca dejemos de dar.
Debemos recordar que esta cadena de bendición se basa en lo que sembramos. Gálatas 6: 7 “No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará”
Todos damos de lo que recibimos y no podemos negar que el recibir causa un gran gozo en nuestro corazón, pero solo los que mantienen este círculo de bendición de recibir, pero también dar, son los que disfrutan de un verdadero gozo interminable. Hechos 20: 35 “En todo os mostré que así, trabajando, debéis ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: «Más bienaventurado es dar que recibir»”
A demás de lo material tenemos muchas otras cosas por dar: podemos ofrecer sin ningún interés: amor, comprensión, tolerancia.
Si creemos que no estamos recibiendo lo que esperamos ya es hora de cambiar lo que damos, y si a pesar de dar lo mejor de nosotros nada recibimos nunca nos cansemos de dar, muy pronto recibiremos la recompensa.