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1 crónicas 25. Alabanza Perpetua.

 

Jesucristo no solo quiere que nos congreguemos en algún lugar solo por costumbre o porque estamos esperando un milagro. 

Jesucristo quiere que lo alabemos, alabar es destacar las cualidades maravillosas de alguien en este caso Jesucristo quiere que reconozcamos públicamente las bondades y maravillas que él tiene. 

Podemos alabar a Jesucristo a través del canto con instrumentos y nuestras voces. Salmo 105: 4 “Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. 

Podemos alabar a Jesucristo en un templo de manera Formal, es decir pertenecer a un grupo de Alabanza. O con nuestra forma de Vida. 

Los que pertenecen a un grupo de Alabanza o aspiran hacerlo deben cumplir con dos Requisitos.  

 

1.Deben ser Instruidos en el Canto.25: 7 a “Y el número de ellos, con sus hermanos, instruidos en el canto para Jehová.” no se puede alabarle a Dios de manera desentonada cuando se lo hace en público, si lo hacemos de manera privada Dios mira nuestro corazón. 

  • 1.1. Si el mundo cuando da serenatas a sus seres amados exige calidad en la entonación con mayor razón si la serenata es para el rey de reyes. 

  • 1.2. Muchos quieren hacer parte del grupo de alabanza sin saber cantar y sin querer enseñara o aprender. 

  • 1.3. La alabanza es un sacrificio que ofrecemos por lo tanto debemos esforzarnos por dar lo mejor, si no tienes tiempo, para ensayar o no te gusta hacerlo renuncia al ministerio a Dios no le puedes entregar sobras. 

 

2.Deben ser Aptos para Alabar a Dios. V 7 b “todos los aptos, fue doscientos ochenta y ocho” ser apto es tener los requerimientos necesarios para el ministerio. 

  • 2.1. Deben saber de canto y deben prepararse todos los días para cada ves hacerlo mejor. 

  • 2.2.A nivel espiritual deben tener conocimiento bíblico y ser testimonio en todo delante de los miembros de la congregación. 

 

 En la antigüedad se alababa en el templo de manera perpetua, todo el tiempo ya que el grupo de alabanza era muy numeroso, alababan 24 horas al día por turnos. V 8 “Y echaron suertes para servir por turnos, entrando el pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo” en la alabanza participaban grandes y pequeños, maestros y discípulos la idea era mantener la costumbre de alabar a Dios todas las generaciones. 

Hoy posiblemente no le podemos alabar con instrumentos todo el día, pero si podemos alabarle en nuestro corazón de manera perpetua, en la casa, en el trabajo, en el estudio. Etc. 

Jesucristo quiere que le amemos de todo corazón, que le alabemos con nuestros labios y con nuestro corazón, alabar es reconocer sus maravillas y cualidades siempre, no solo cuando las cosas nos están saliendo bien.