Cualquier lugar donde el pueblo de Dios se reúna para alabar a Dios se convierte en un Templo.
Jesucristo
escoge un lugar para manifestar su presencia.
Para que el
lugar donde nos reunimos se convierta en un templo y adquiera la importancia
que merece debemos creer que en él está la presencia de Dios.
Sin la
presencia de Dios no importa el lujo que tenga la edificación solo sería eso,
una edificación sin ningún sentido.
No hay
ningún hombre en la tierra que grite tan fuerte que pueda obligar a Jesucristo
hacer milagros, si Jesucristo hace milagros es por amor y por misericordia.
Isaías 48: 9 “Por amor de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía
la reprimiré para no destruirte.”
El tener un
templo para alabar a Dios debe ser un sentimiento que nazca en lo más profundo
de nuestro corazón. V 4-5 “No daré sueño a mis ojos, Ni a mis
párpados adormecimiento, Hasta que halle lugar para Jehová, Morada para el
Fuerte de Jacob.”
David
luchaba y daba su mejor esfuerzo para construirle un templo a Dios, hoy en día
muchas personas que se llaman cristianas tan solo buscan un lugar donde otros
han trabajado duro para construirlo, arrendarlo o Comprarlo.
El Templo
debe ser el lugar donde acudimos para humillarnos delante de Dios. V 7 “Entraremos
en su tabernáculo; Nos postraremos ante el estrado de sus pies.”
Importancia del Templo.
1. La
atención de Dios está sobre la casa que la consagramos como templo. 2 Crónicas
6: 20 “Que tus ojos estén abiertos sobre esta casa de día y de
noche, sobre el lugar del cual dijiste, Mi nombre estará allí; que oigas la
oración con que tu siervo ora en este lugar” por eso
la recomendación del apóstol pablo es que nunca dejemos de congregarnos,
recuerda que los seres humanos somos seres de costumbre nos acostumbramos a lo
bueno o nos acostumbramos a lo malo. Hebreos 10: 25 “no dejando de
congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto
más, cuanto veis que aquel día se acerca”
2. Dios
escucha nuestras oraciones en el Cielo. 2 crónicas 6: 21 “Asimismo que oigas el
ruego de tu siervo, y de tu pueblo Israel, cuando en este lugar hicieren
oración, que tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada: que oigas
y perdones.” Dios valora que nosotros
nos incomodemos para buscarlo, los seres humanos tendemos al facilismo,
queremos grandes cosas, pero sin esfuerzo.
3. Dios
hace justicia y perdona nuestros Pecados. V 22-23 “Si alguno pecare
contra su prójimo, y se le exigiere juramento, y viniere a jurar ante tu altar
en esta casa, tú oirás desde los cielos, y actuarás, y juzgarás a tus
siervos, dando la paga al impío, haciéndole recaer su proceder sobre su cabeza,
y justificando al justo al darle conforme a su justicia.”
a Dios le aplacido perdonarnos cuando acudimos al templo, los verdaderos
cristianos no cuestionamos y ni razonamos sobre las ordenanzas de Dios,
simplemente las obedecemos a si no las entendamos.
4. Dios
Restaura nuestra vida si hacemos el esfuerzo de ir al templo a confesar nuestro
pecado. V 24-25 “Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de los
enemigos, por haber prevaricado contra ti, y se convirtiere, y confesare tu
nombre, y rogare delante de ti en esta casa, tú oirás desde los cielos, y
perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y les harás volver a la tierra que
diste a ellos y a sus padres.” Dios no
solo quiere perdonar nuestros pecados para irnos al cielo o tener vida eterna, Jesucristo
nos perdona para que podamos rectificar nuestro actuar, volvamos a empezar y
podamos tener vidas de excelencia aquí en la tierra.
De nada
sirve que los cristianos anhelemos un día vivir en el cielo si aquí en la
tierra vivimos en un infierno porque no podemos soportarnos los unos a los
otros.
Dios está
en todo lugar, pero él quiere que al menos nos desacomodemos para buscar
nuestro perdón. Jesucristo se desacomodo de tal manera que dio su vida por ti y
por mí. Jesucristo nos demostró con su vida cuanto nos ama, ¿tú y yo que
estamos dispuestos hacer para demostrarle nuestro amor?
5. Dios
sana nuestras heridas tanto físicas como las heridas del Alma. V 28-30 “Si hubiere hambre en
la tierra, o si hubiere pestilencia, si hubiere tizoncillo o añublo, langosta o
pulgón; o si los sitiaren sus enemigos en la tierra donde moren; cualquiera
plaga o enfermedad que sea; Toda oración y todo ruego que hiciere
cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conociere su llaga y
su dolor en su corazón, si extendiere sus manos hacia esta casa, Tú oirás
desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y perdonarás, y darás a cada uno
conforme a sus caminos, habiendo conocido su corazón; porque solo tú conoces el
corazón de los hijos de los hombres;” las heridas de nuestra
alma son más difíciles de cicatrizar y sanar, solo Jesucristo lo puede hacer.
Una persona con el alma herida no puede perdonar ni tampoco pedir perdón.
6. Todos
nuestros proyectos presentados delante de Jehová en el templo son amparados por
Dios. V 34-35 “Si tu pueblo saliere a la guerra contra sus enemigos por el
camino que tú les enviares, y oraren a ti hacia esta ciudad que tú elegiste,
hacia la casa que he edificado a tu nombre, Tú oirás desde los cielos su
oración y su ruego, y ampararás su causa.” no solo
lleves quejas al templo también lleva tus planes y proyectos para que
Jesucristo los haga realidad.
7. Los ojos
y los oídos de Dios están atentos cuando Oramos en el templo. V 40 “Ahora pues, oh Dios
mío, te ruego estén abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a la oración en este
lugar.” Dios escucha a quien toma la decisión de desacomodarse por
amor a él.
No se trata
de idolatrar el templo hecho por manos humanas, el templo no es objeto de
Adoración, el templo es el lugar donde Dios ha destinado para que nosotros
podamos tener mejor intimidad con él ya que no tenemos las distracciones de la
casa. Tales como: celulares, televisión,
timbre de la puerta. Etc.