Muchas personas teniéndolo todo para ser felices viven de manera infeliz, la razón es muy sencilla ellos viven mal porque se delatan o disfrutan cuando a otra persona le va mal. A Jehová le desagrada ese tipo de actitud, le molesta en gran manera que las personas se gocen de la desgracia de los demás. V 6 “Porque así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto batiste tus manos, y golpeaste con tu pie, y te gozaste en el alma con todo tu menosprecio para la tierra de Israel” la consecuencia de alegrarse del mal ajeno es que cuando menos lo espere también estará pasando por dificultades.
El adagio
popular dice: nunca digas de esa agua no beberé. El deseo malo que tenemos para
los demás termina devolviéndose para nosotros. V 7 “por tanto, he aquí yo extenderé mi
mano contra ti, y te entregaré a las naciones para ser saqueada; te cortaré de
entre los pueblos, y te destruiré de entre las tierras; te exterminaré, y
sabrás que yo soy Jehová.”
Jehová lo
que más le recomendaba a su pueblo es que no se alegre del mal que otro pude
estar pasando. Proverbios 24: 17 “No te alegres cuando caiga tu enemigo; que
no se alegre tu corazón cuando él tropiece,”
Que hace que sintamos Gozo del mal ajeno.
1. La envidia. La envidia es un
sentimiento tan fuerte que termina haciéndonos caer. Salmo 73: 2-3 “En cuanto a mí, casi se deslizaron
mis pies; Por poco resbalaron mis pasos.” La persona envidiosa nunca está satisfecha
con lo que tiene.
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1.1. La
infelicidad en una persona comienza cuando no disfruta lo que tiene por estar anhelando
lo que no tiene.
2. Baja
autoestima. La única forma de triunfar en la vida es no sintiéndose inferior a
otros o a los demás. 2 corintios 11: 5 “Pues yo no me considero inferior en nada a
los más eminentes apóstoles.”
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2.1. Las demás personas nos ven
como nos vemos nosotros, si tú crees que eres importante de esa misma forma te
verán los demás, si tú crees que no vales nada en ese concepto también te
tendrán.
3. Un corazón
endurecido. La envidia, los complejos y las diferentes dificultades de la vida
terminan endureciendo nuestro corazón. De lo que hay en nuestro corazón es lo
que habla nuestra boca. Lucas 6: 45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es
bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca
lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.”
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3.1. De nosotros depende que le
metemos a nuestro corazón, nuestro corazón se llena de todo lo que escuchamos y
de todo lo que vemos.
4. Rivalidad.
el estar siempre pensando en ganarle a los demás hace que nos alegremos cuando
a ellos les va mal.
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4.1. En este mundo tendríamos mejor
convivencia si aprendiéramos a ser complemento más que rivales.
Consecuencias de alegrarse del mal ajeno.
1.Todo el
mal que le desea a los demás termina devolviéndose ella misma. Los deseos son
como un bumerán, con la misma fuerza con que lo lanzamos se nos devuelve.
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1.1. El consejo del apóstol Pablo
es que no maldigamos a nadie ni a nuestros enemigos. Romanos 12: 14 “Bendecid a los que os persiguen;
bendecid, y no maldigáis.”
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1.2. Si nosotros lanzamos
bendiciones de nuestra boca, bendiciones son las que se nos devolverán. Que
quieres que se te devuelva bendiciones o maldiciones, eso depende de ti.
2. El corazón
se llena de amargura. Una persona con el corazón amargado tiene mala calidad de
vida. Hebreos 12: 15 “Mirad
bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de
amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados;”
la amargura hace que no disfrute lo que tiene.
Las
personas que se alegran del mal ajeno se llenan de amargura lo que origina una
mala calidad de vida, en lugar de maldecir, dedícate a bendecir, todo lo que
sale de nuestra boca termina devolviéndose a nosotros.