Nuestra “zona de confort” es ese lugar o momento en nuestra vida en el que nos sentimos cómodos, las cosas están bien o tenemos ese sentimiento seguridad. Ese lugar en el que es fácil sentirse confiado, pero, si nos quedamos ahí, nos perderemos de momentos únicos. El mejor momento para caer en nuestra zona de confort es cuan las cosas nos están saliendo bien, el acomodamiento nos lleva al estancamiento no queremos avanzar o nos da miedo hacerlo.
No salir de nuestra zona de confort puede llegar a
convertirse en una gran barrera y limitación personal, ya que perdemos la
oportunidad de enfrentarnos a nuevos retos, vivir nuevas experiencias, o
incluso conocer gente nueva.
Salir de la zona de confort es
difícil puesto que se obliga a hacer cosas inesperadas que pueden generar
ciertas situaciones de agobio y estrés. El miedo a lo desconocido, a no manejar
situaciones y tener las cosas fuera de nuestro control supone un cierto foco
para el estrés.
La mayoría de los seres humanos cuando conseguimos lo que nos hemos
propuesto tendemos a quedarnos en nuestra zona de confort.
El pueblo de Dios había caído en su zona de confort, muchas personas
habían creído en Jesucristo en ese lugar y consideraban que todo lo que habían hecho
estaba muy bien y que ya no había para que preocuparse.
De esta forma la evangelización mundial se paralizo, ya con tener los
salones llenos era suficiente.
La única forma de salir de la zona de confort es cuando hay
desacomodamiento ocasionado por circunstancias desfavorables, hasta que las
cosas empiezan a salir mal no nos preocupamos por avanzar.
Jesucristo tuvo que desacomodar a su gente. V 1 “Y Saulo consentía en su muerte. En
aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén;
y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los
apóstoles.” Solo cundo ya
nos sentimos incomodos es cuando hacemos algo para mejorar.
Las personas de éxito utilizan los momentos de dificultad para
convertirlos en oportunidades para actuar. Jesucristo utilizaría esta persecución
para que sus discípulos se acordaran de hacer la obra de evangelización. V 4-5
“Pero
los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. 5 Entonces
Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.”
No veas en las dificultades estorbos para avanzar, mira en las
dificultades oportunidades para innovar, para cambiar para hacer algo diferente
ahí puede estar la oportunidad de progresar.
Gracias al desacomodamiento de los discípulos de Cristo el evangelio empezó
a predicarse en muchas otras regiones. V 14 “Cuando los apóstoles que estaban en
Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a
Pedro y a Juan;”
En las muchas dificultades muchos encontraron su camino rumbo al éxito,
quienes hemos creído en Jesucristo debemos estar convencidos que todas las
cosas nos ayudan para bien.
Deja la ansiedad y la preocupación, si Jesucristo está contigo no hay
porque preocuparse a si las circunstancias sean adversan en el momento.
Si quieres triunfar y ser una persona victoriosa oblígate a dejar tu
zona de confort, las personas de éxito nunca dejan de avanzar y de aprender.