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2 corintios 3. Siendo competentes

 

Jesucristo nos ha llamado a trabajar en su obra de salvación, él es perfecto por lo tanto exige que nuestro trabajo sea competente es decir el mejor.

No podemos servirle de cualquier manera o de forma desmotivada.

Las personas de éxito y triunfadoras en todo son aquellas que se esfuerzan por ser competentes.

competencia laboral puede ser definida como la capacidad real y demostrada, para realizar con éxito una actividad de trabajo específica.

Del mismo modo, podríamos ver la competencia laboral como el conjunto de conocimientos, habilidades y aptitudes que, aplicados en el desempeño de una actividad o responsabilidad determinada aseguran un buen logro.

Pablo nos explica que los cristianos tenemos que aprender a ser competentes, ya que el trabajo es para Dios este trabajo tiene que ser el mejor.

El problema de muchos cristianos es que en su vida secular son muy buenos, son competentes se esfuerzan por mejorar cada día, su meta es ser el empleado del año.

Pero en lo espiritual son todo lo contrario consideran que como es para Dios lo pueden hacer de cualquier manera, cayendo muchas veces en la negligencia y total apatía por los ministerios asignados bajo su responsabilidad.

Pablo les explica a los de Corinto y esta recomendación es muy válida también para nosotros; él les explica que como siervos de Dios y al estar guiados directamente por Dios deberíamos ser muy competentes en lo que hagamos. V 5 “no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,” los del mundo deben aprender de nosotros y no nosotros del mundo.

Nos manda a que seamos competentes, no que tengamos competencia entre nosotros; ser competente es luchar por mejorar cada día, vivir en competencia es ver a nuestros consiervos como nuestros rivales, en la competencia siempre hay un ganador y un perdedor. En un trabajo competente todos ganamos y siempre seremos los mejores como equipo.

Una persona competente se distingue y se lo conoce por su trabajo. En lo ministerial su competitividad se ve reflejada en su conquista de almas para Cristo. Una persona competente no necesita alabarse así mismo, su trabajo habla por él. V1-2 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? 3:2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;

El espíritu santo es quien hace que seamos competentes en nuestro trabajo. V 3 “siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.

Déjate utilizar por el espíritu santo y el te hará competente en todo lo que hagas. V 6 “el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.” El espíritu santo nos ayuda, pero esto no quiere decir que nosotros no debemos esforzarnos por capacitarnos y cada día hacer mejor nuestro trabajo.

El adquirir conocimiento y no tener al espíritu santo hace que nuestra mente se embote, y no demos fruto. V 14 “Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.

Solo el recibir a Jesucristo en nuestro corazón hace que seamos competentes sin envanecernos. V 16 “Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.

Solo el conocimiento de Dios  y la presencia de Jesucristo en nosotros hacen que tengamos libertad, libertad para amar, perdonar, aprender, practicar y sobre todo enseñar. V 17 -18 “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 
3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

Tu eres importante y sobre todo fuiste diseñado por Dios para estar entre los mejores, esfuérzate y se valiente, tu futuro está en la cima, tu estas hecho para ser cabeza y no cola, pero todo esto solo depende de ti; toma hoy la decisión de recibir a Cristo en tu corazón, y el transformara tu vida.

 

Tal vez hace mucho tiempo hiciste la oración de fe, porque alguien te indujo a ello, ahora puedes hacerlo porque en verdad lo sientes en tu corazón. Renueva tu pacto con Dios cada día. Y el hará que cada día seas mejor.