Jesucristo nos ha llamado a trabajar en su obra de salvación, él es perfecto por lo tanto exige que nuestro trabajo sea competente es decir el mejor.
No podemos servirle de cualquier manera o de forma
desmotivada.
Las personas de éxito y triunfadoras en todo son
aquellas que se esfuerzan por ser competentes.
Del mismo
modo, podríamos ver la competencia laboral como el conjunto de conocimientos, habilidades y
aptitudes que, aplicados en el desempeño de una actividad o responsabilidad
determinada aseguran un buen logro.
Pablo
nos explica que los cristianos tenemos que aprender a ser competentes, ya que
el trabajo es para Dios este trabajo tiene que ser el mejor.
El
problema de muchos cristianos es que en su vida secular son muy buenos, son
competentes se esfuerzan por mejorar cada día, su meta es ser el empleado del
año.
Pero
en lo espiritual son todo lo contrario consideran que como es para Dios lo
pueden hacer de cualquier manera, cayendo muchas veces en la negligencia y
total apatía por los ministerios asignados bajo su responsabilidad.
Pablo
les explica a los de Corinto y esta recomendación es muy válida también para
nosotros; él les explica que como siervos de Dios y al estar guiados
directamente por Dios deberíamos ser muy competentes en lo que hagamos. V 5 “no que seamos competentes por nosotros mismos para
pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de
Dios,” los del mundo deben aprender de
nosotros y no nosotros del mundo.
Nos
manda a que seamos competentes, no que tengamos competencia entre nosotros; ser
competente es luchar por mejorar cada día, vivir en competencia es ver a
nuestros consiervos como nuestros rivales, en la competencia siempre hay un
ganador y un perdedor. En un trabajo competente todos ganamos y siempre seremos
los mejores como equipo.
Una
persona competente se distingue y se lo conoce por su trabajo. En lo
ministerial su competitividad se ve reflejada en su conquista de almas para
Cristo. Una persona competente no necesita alabarse así mismo, su trabajo habla
por él. V1-2 “¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos
necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de
recomendación de vosotros? 3:2
Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y
leídas por todos los hombres;”
El
espíritu santo es quien hace que seamos competentes en nuestro trabajo. V 3 “siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida
por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en
tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.”
Déjate
utilizar por el espíritu santo y el te hará competente en todo lo que hagas. V
6 “el cual asimismo nos hizo ministros
competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la
letra mata, mas el espíritu vivifica.” El
espíritu santo nos ayuda, pero esto no quiere decir que nosotros no debemos
esforzarnos por capacitarnos y cada día hacer mejor nuestro trabajo.
El
adquirir conocimiento y no tener al espíritu santo hace que nuestra mente se
embote, y no demos fruto. V 14 “Pero
el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el
antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es
quitado.”
Solo
el recibir a Jesucristo en nuestro corazón hace que seamos competentes sin
envanecernos. V 16 “Pero cuando se conviertan al Señor,
el velo se quitará.”
Solo
el conocimiento de Dios y la presencia de Jesucristo en nosotros hacen
que tengamos libertad, libertad para amar, perdonar, aprender, practicar y
sobre todo enseñar. V 17 -18 “Porque
el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay
libertad.
3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la
gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen,
como por el Espíritu del Señor.”
Tu
eres importante y sobre todo fuiste diseñado por Dios para estar entre los
mejores, esfuérzate y se valiente, tu futuro está en la cima, tu estas hecho
para ser cabeza y no cola, pero todo esto solo depende de ti; toma hoy la
decisión de recibir a Cristo en tu corazón, y el transformara tu vida.