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Hebreos 9. Limpios por la Sangre de Cristo

 

Todas las personas que hemos recibido a Jesucristo en nuestro corazón sabemos que a través de la sangre de Cristo ahora somos limpios.

Muchas personas que no son cristianas también lo saben de alguna manera lo han escuchado en algún lugar.

Para ser limpios verdaderamente se necesita mucho más que tan solo saberlo, el Apóstol Pablo nos recuerda algunas cosas que también debemos saber para que seamos realmente limpios

En la antigüedad se creía que a través de la sangre de animales se lograba la purificación y ellos por la fe que tenían en sesos rituales se consideraban limpios. V 13 “Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne

Si ellos por la fe que tenían en esos rituales se sentían limpios, con mayor razón nosotros quienes creemos en la sangre de Jesucristo debemos sentirnos limpios. V 14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

Los pecados que hemos cometido en el pasado en muchas ocasiones se convierten en obstáculos para servir a Jesucristo.

Debemos estar completamente seguros que Jesucristo nos hace de nuevo, con el somos nuevas criaturas. 1 corintios 5: 17 “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” El ser limpios por la sangre de Cristo no es un acto mágico, es un acto de Fe, debemos creer que somos nuevos.

El sentimiento de culpa se convierte como en un ancla muy pesada que nos inmoviliza, nos quita la paz y hace que vivamos siempre en angustia.

Jesucristo nos perdona una vez y para siempre, él se olvida de nuestros pecados. Isaías 43: 25 “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.” Jehová sabe que el estar recordando nuestros pecados es lo que los mantiene vivos.

Los mexicanos dicen algo con relación a sus muertos: el muerto no está muerto si no se olvida, para ellos un muerto que siempre se recuerde nunca morirá.

Satanás siempre nos está recordando nuestros pecados porque él sabe que de esta forma el pecado siempre permanecerá vivo.

Que cosas debemos tener en cuenta para que la sangre de Cristo nos limpie.

1. Debemos confesar nuestro pecado. 1 Juan 1: 9 a “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” confesar es quitarle la manta o el velo que lo cubre.

·       1.1. Muchos de nosotros preferimos cubrir los pecados para no verlos, esa manta puede ser: las excusas o pretextos.

2. Debemos aceptar que tenemos pecado. V 8 “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” no podemos confesar algo que decimos no tenemos.

·       2.2. La única forma de llegar a la perfección es corrigiendo y la única forma de corregir es si reconocemos que nos hemos equivocado. Sin corrección no hay perfección.

3. Debemos andar conforme a lo que decimos que somos, si somos luz debemos andar como si estuviéramos en la luz. V 7 “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado

·       3.1. Nuestra espiritualidad no se expresa a través de rituales o palabrerías llenas de santidad, nuestra buena espiritualidad se la expresa a través de nuestros actos o a través de nuestro comportamiento diario dentro y fuera de la iglesia.

Solo la fe en la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado y nos enseña a tener una nueva y mejor vida.