Todos los seres humanos tenemos la capacidad de llegar a tener vidas de excelencia o luchar por cada día ser mejores en lo que somos y en lo que hacemos. Físicamente y a nivel de salud podemos prevenir muchas enfermedades si tenemos la costumbre de auto examinarnos de manera constante, con más regularidad las mujeres, auto examinarnos es mirar que cosas están sucediendo en nuestro cuerpo y que no son habituales o no son normales.
Las personas de éxito en las finanzas
son aquellas que tienen la sana costumbre de estarse evaluando o probando de
manera constante, de manera reglamentaria en leyes mercantiles al menos una vez
al año debemos hacer inventario y balance de cómo van nuestros negocios.
Dios quería probar la fe de Abraham. V
1 “Aconteció
después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él
respondió: Heme aquí” las diferentes dificultades que
se nos presentan en la vida sirven para probar nuestra fe.
Cuando las
cosas están saliendo de manera maravillosa cualquiera dice tener fe y ser el
mejor cristiano, cuando todo está bien es muy fácil en la iglesia dar gritos de
júbilo y gritar aleluya a cualquier comentario del pastor en la predicación.
Cuando tenemos
problemas por lo general en el culto ya no somos tan efusivos con nuestros
gritos de aleluya, por lo general manifestamos estar desanimados y sin ganas de
congregarnos.
en la
guerra es donde prueba el soldado que es el mejor, es ahí donde muestra que tan
entrenado estaba para la confrontación.
Podríamos auto examinarnos y preguntarnos algunas cosas.
1. Que tan
dispuesto estoy a entregar a Dios lo que más quiero. V 2 “Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a
quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno
de los montes que yo te diré.”
·
1.1. En este caso lo más querido
era su hijo, para nosotros lo más querido puede ser, parte del tiempo de
nuestro trabajo, sacrificar un día para congregarnos o un tiempo para
evangelizar.
2. Como
estamos en nuestra diligencia en el Ministerio. V 3 “Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su
asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el
holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.”
Muchas veces en nuestro servicio a Dios somos negligentes servimos cuando queremos
y no cuando nos toca o debemos hacerlo.
·
2.1. Puede ser que en la empresa donde
trabajamos seamos catalogados los empleados del mes, la pregunta es; en la
iglesia si somos el líder o el siervo del mes, ¿servimos a Dios con la misma pasión
como servimos en el mundo?
3. Que
tanto confiamos en que Jesucristo es nuestro Proveedor. V 8 “Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero
para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.”
Muchas veces predicamos con mucho dinamismo en cuanto a que Jehová es nuestro
proveedor, pero nos desesperamos cuando algo nos hace falta.
4. Que tan
dispuesto estoy a obedecer a Dios cuando lo que nos pide no es de nuestro total
agrado. V 10 “Y
extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.” Son muchas las excusas que en algunas ocasiones buscamos
cuando tenemos que asistir al culto o servir cuando tenemos compromisos con el
mundo o seculares.
Para triunfar
en lo secular y en lo espiritual es necesario examinarnos a nosotros mismos, que
tan dispuesto estoy a luchar por servir a Jesucristo, que tan dispuesto y hasta
donde puedo llegar para conseguir las metas y propósitos que tenemos o que
queremos alcanzar.
No será que,
en el ministerio, en el estudio, en el trabajo o en la familia no estamos
obteniendo los resultados deseados ¿porque no estamos dando lo suficiente?