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Éxodo 29. Impactando Generaciones.


 La ropa sacerdotal que utilizaba Aarón no era cualquier ropa, era una ropa especial diseñada con elementos especiales y significativos.

La ropa que utilizaba lo identificaba como el primer sumo sacerdote.  

Por este motivo cuando ungió a sus hijos como sacerdotes no les fue dado un nuevo vestido, tuvieron que utilizar el de Aarón como símbolo de recibir la unción divina. V 29: “Y las vestiduras santas, que son de Aarón, serán de sus hijos después de él, para ser ungidos en ellas, y para ser en ellas consagrados.

Los hijos recibirían unción a través de la ropa de su padre. A través de esa vestimenta los hijos serian exaltados o empoderados como sacerdotes.

Hoy en día la cobertura que ofrecemos a nuestros hijos no es a través de nuestra vestimenta, pero si a través de nuestros actos.

Los padres tenemos la capacidad de impactar en nuestras generaciones venideras, podemos impactar para bien o podemos impactar para mal.

Nuestros hijos no solo heredan de nosotros dinero o bienes materiales, también heredan prestigio o desprestigio, honra o vergüenza.

Aunque nuestros hijos no tienen la culpa de nuestros actos, la sociedad el día de mañana vera como un sello en ellos lo que nosotros hacemos.

Pueden decir que son hijos de alguien honorable digno de confianza o todo lo contrario, lastimosamente nuestra forma de actuar o proceder se puede convertir en una llave que les abrirá muchas puertas de oportunidad o en un candado que les cerrara muchas puertas. 

Nuestro comportamiento tiene la capacidad de impactar de manera positiva o negativa hasta la tercera y cuarta generación. Éxodo 20: 5 “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

La ley de la siembra y la cosecha no solo se aplica en cosas materiales, nuestros actos se convierten en semilla que sembramos en la vida de nuestros hijos y nietos.

Todo lo que nosotros sembremos posiblemente no lo cosechemos nosotros, pero si lo cosecharan las nuevas generaciones.

Como quieres que vivan tus hijos y nietos el día de mañana, eso dependerá de los actos que siembres en ellos el día de hoy.

Si hoy nosotros damos de beber al sediento o de comer al hambriento, mañana o cuando nosotros ya no estemos con nuestros hijos alguien les proveerá de lo que necesitan.

Podríamos acomodar el adagio del mundo no hagas a otros lo que no quieres que hagan con tus hijos y nietos.

O podríamos parafrasear lo que dice la palabra de Dios: haz a otros lo que quieres que hagan con tus hijos o tus nietos el día de mañana. Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

En que podemos impactar a nuestras Generaciones.

1.Nuestra buena Relación con Dios. Deuteronomio 6: 6-7 “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.

2.Nuestra buena Relación con nuestro Prójimo. Mateo 22: 39 “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo

Si tenemos buena relación con Dios tenemos buena relación con nosotros mismos y si tenemos buena relación con nosotros mismos tenemos buena relación con los Demás.

Nuestra forma de ser y de actuar es lo que transmitimos a todas nuestras generaciones, los demás son lo que nosotros les enseñamos a través de nuestro comportamiento.