El hacer algo o no hacer nada nos genera inconvenientes o problemas.
Las personas de éxito ven los
problemas como oportunidades para cambiar y mejorar y las personas de fracaso
ven los problemas como obstáculos o excusas para no avanzar.
La dificultad no está en el
problema, la dificultad esta en nuestra actitud frente al problema.
Un adagio popular dice: el fuerte
es fuerte hasta que el débil se lo permite.
Todas las personas de éxito por lo
general siempre tienen un Propósito que alcanzar. Ana tenía un propósito al
igual que su esposo. Su propósito era cada año poder estar en la presencia de
Dios en su santo templo. V 1-5 “Hubo
un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo
de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo. Y tenía él dos
mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos,
mas Ana no los tenía” hasta aquí podemos ver a una mujer muy feliz lo
tenía todo, el amor sincero de su esposo y un deseo vivo de adorar a Dios.
Los obstáculos son normales y
necesarios para nuestro crecimiento y desarrollo, hasta que se nos convierten
en problemas.
Como evitar que nos afecten los Problemas.
1. No permitiendo que los demás o
las circunstancias alteren nuestra forma de ser. V 6 “Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola,
porque Jehová no le había concedido tener hijos.” Ana era feliz hasta que Penina la irritaba
lográndola enojar.
2. No sintiéndonos inseguros y
disfrutando lo que hacemos o lo que queremos. V 7 “Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová,
la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía.” nota algo
importante. Penina la irritaba cada año cuando sabía que Ana quería lograr su
propósito de estar en la presencia de Dios.
Los obstáculos lo único que
pretenden es no dejarnos avanzar en nuestras metas o propósitos.
3. Valorando lo que tenemos. V 8 “Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿Por
qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez
hijos?” no desistas de tus sueños, pero no desprecies lo que
tienes. La infelicidad en una persona comienza cuando no disfruta lo que tiene
por estar anhelando lo que no tiene.
4. Hablando a tiempo. V 16 “No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por
la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.” El quedarnos callados y no
exteriorizar nuestro dolo hace que nuestra alma se enferme.
5. Estableciéndose un Propósito. V
11 “E hizo voto, diciendo: Jehová de los
ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de
mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón,
yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su
cabeza.” El tener
propósitos claros hace que no concentremos nuestra atención en los Problemas.
6. Creyendo que solo Dios da la
verdadera paz. V 17 “Elí respondió y
dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.” No importa cuan grandes
sean los problemas, con Jesucristo siempre seremos vencedores.
7. Tomando la decisión de Vivir en
Paz. 18 “Y ella dijo: Halle tu
sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y
no estuvo más triste.” El ser feliz o infeliz es nuestra decisión.
8. Actuando. V 19 “Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y
volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y
Jehová se acordó de ella.” Debemos proponernos hacer lo que tenemos que hacer a
pesar de las dificultades.
9. Cumpliendo lo Pactado. V 24 “Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con
tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de
Jehová en Silo; y el niño era pequeño.” Si le hiciste promesas a Jesucristo a la hora de
clamarle, no te olvides de ellas.