Muchas parejas cuando se unen o se casan desean tener hijos y hasta pelean entre ellos cuando no es posible tenerlos.
No
se trata tan solo de desearlos, lo mas importante es cuan preparados estamos
para hacer de nuestros hijos unos triunfadores.
Todos los padres de familia desean que sus hijos
sean felices, triunfadores, tengan vida plena, tranquila y sean capaces de
aprovechar todas las oportunidades que se les presente.
El querer que nuestros hijos sean unos triunfadores
es mucho mas que tan solo un deseo es necesario prepararlos o formarlos para
que lo puedan conseguir.
Como podemos formar a nuestros hijos como
Triunfadores
1. Conocer a nuestros hijos y sus propósitos: V 9-10 “He aquí te nacerá un hijo, el cual será varón de
paz, porque yo le daré paz de todos sus enemigos en derredor; por tanto, su
nombre será Salomón, y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días.
22:10 El edificará casa a mi nombre, y él me será a mí por hijo, y yo le seré
por padre; y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre” es muy importante que aprendamos a conocer a
nuestros hijos tanto en lo secular como en lo espiritual; cada uno de ellos
tiene un don diferente, si tú le empiezas a exigir a uno de ellos en lo que él
no sabe hacer, no le va a rendir, te vas amargar tú y él, el futbol es un
ejemplo de ello.
El técnico hábil es aquel que conoce muy bien a sus
jugadores y ubica a cada uno de ellos en el lugar que le corresponde, no puede
exigir a un arquero que rinda como un delantero, ni tampoco al delantero que
rinda y tape goles como un arquero, cada uno rinde más en lo que sabe hacer, y
esto se aplica para actividad que llevemos acabo, en la iglesia en la casa, en
el trabajo, en tu empresa.
2. Prepárale el medio para
que él llegue a ser un victorioso en lo que va hacer: V 5 “Y dijo David: Salomón mi hijo es muchacho y de
tierna edad, y la casa que se ha de edificar a Jehová ha de ser magnífica por
excelencia, para renombre y honra en todas las tierras; ahora, pues, yo le
prepararé lo necesario. Y David antes de su muerte hizo preparativos en gran
abundancia.” La victoria no consiste en hacer
que la gente trabaje, más bien está en construir el entorno en el que trabajar
sea posible. Hay hogares donde vivir ya es imposible,
por el ambiente tan pesado que se ha creado, trata de hacer de tu hogar un
lugar de descanso, agradable para vivir.
3. Prepara a tu hijo para ese entorno o
ese medio: V 6 “Llamó entonces David
a Salomón su hijo, y le mandó que edificase casa a Jehová Dios de Israel” muchos padres argumentan que todavía es un niño,
y por esta razón no le exigen responsabilidades, no le prepares al niño un
mundo para él, más bien prepara al niño para el mundo, este mundo es difícil y
si tú eres de los que metes a tus hijos en una burbuja de cristal para
protegerlos, recuerda que un día van a tener que salir de esa burbuja y
enfrentarse a este mundo real, y si no está preparado será destruido. Recuerda
tu y yo no somos eternos y nuestros hijos no nos van a tener toda la vida.
4. Anímalo: de nosotros depende que
nuestros hijos lleguen hacer lo que los padres queremos que ellos sean
4.1. En lo secular: V 11 “Ahora pues, hijo mío, Jehová esté contigo, y seas
prosperado, y edifiques casa a Jehová tu Dios, como él ha dicho de ti” nuestros hijos tal vez tienen muchos sueños,
muchos propósitos, pero es necesario que nosotros como padres de alguna forma
busquemos como orientarlos a escoger lo mejor. Nuestras palabras tienen poder
para animar o desanimar; no les digas que son unos inútiles porque eso serán,
no les digas que un día lo pagaran porque eso vivirán, recuerda que maldecir,
es decir mal, no maldigas a tus hijos con tu mala forma de hablar.
4.2. En lo espiritual. V 12 “Y Jehová te dé entendimiento y prudencia, para que
cuando gobiernes a Israel, guardes la ley de Jehová tu Dios” de nosotros los padres depende la formación
espiritual de nuestros hijos, si somos responsables por la vida de aquellos que
se pierden sin que les hablemos, con mayor razón seremos responsables si
nuestros hijos se pierden y nosotros no los orientamos. Ezequiel 33:
8-9 “Cuando yo dijere al impío: Impío,
de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino,
el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.
33:9 Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no
se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.” Hay padres que por
justificar si ineptitud, dicen: cuando mi hijo crezca que el escoja, ahora que
disfrute la vida.
4.3. Explícale que la verdadera prosperidad
proviene del conocimiento de la palabra: V 13 “Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y
decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra
ánimo; no temas, ni desmayes” seguir la palabra
no es de cobardes, se necesita ser valiente y esforzado, para enfrentar la
crítica y el ataque del mundo.
5. Involúcralo en tu
trabajo: V 14 “He aquí, yo
con grandes esfuerzos he preparado para la casa de
Jehová cien mil talentos de oro, y un millón de talentos de plata, y bronce y
hierro sin medida, porque es mucho. Asimismo he preparado madera y piedra, a lo
cual tú añadirás.” Es necesario que los hijos
entiendan que lo que tenemos no nos cayó del cielo por obra de magia, es
bendición de Dios, pero que también nos costó gran esfuerzo conseguirlo, de
esta forma ellos un día podrán añadir su trabajo al nuestro, y no solo
continuar con el trabajo, sino también mejorarlo cada día más.
6. Hazlo volar: V 16 “Del oro, de la plata, del bronce y del hierro, no
hay cuenta. Levántate, y manos a la obra; y Jehová esté contigo” de nada sirve entrenar a un jugador si nunca se
lo va a dejar jugar, si nuestros hijos van a ser la nueva generación de
victoria déjalos actuar desde ahora.
Los hombres del mañana están en nuestras manos, tú
y yo somos los diseñadores de las nuevas generaciones para el mundo cristiano y
para el mundo secular.