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Jeremías 11. Como ser pueblo de Dios


cuando recibimos a Jesucristo en nuestro corazón, todos decimos a todo pulmón que ahora somos pueblo de Dios. esto en cierta forma es verdad, si aceptamos a Cristo tenemos la posibilidad de convertirnos en su pueblo.

cuando nosotros adquirimos la nacionalidad de cualquier país a partir de ese momento podemos decir que somos de ese país, pero el que ahora tengamos esa nacionalidad también implica algunos Requisitos.

Tenemos que someternos a sus leyes, de lo contrario nos meteríamos en muchos problemas de carácter legal.

El no obedecer las leyes divinas del pueblo de Dios, puede terminar en maldición para el desobediente. V 3 “Y les dirás tú: Así dijo Jehová Dios de Israel: Maldito el varón que no obedeciere las palabras de este pacto

Muchas personas creen que ser pueblo de Dios es tan solo congregarse en algún lugar y exigir milagros. Por eso para muchos la vida cristiana es fácil y hasta cómoda ya que muchos le exigimos a Dios que se ajuste a nuestras necesidades y nuestros Tiempos.

Condiciones para ser pueblo de Dios.

1.Oir la voz de Dios. V 4 a “el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Oíd mi voz,

2.Cumplir las ordenanzas de Dios. V 4 b “y cumplid mis palabras, conforme a todo lo que os mando;

Si cumplimos con estos dos requisitos seremos pueblo de Dios y Jehová será nuestro Dios.  V 4 c “y me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios;”

Ahora somos pueblo santo, es decir debemos mantenernos alejados de las tradiciones y costumbres de este mundo. Deuteronomio 7: 6 “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra 

Jehová espera que como pueblo de Dios que somos marquemos diferencia con el resto del mundo, la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Si estamos marcando diferencia?

En que debemos marcar diferencia.

1. La mentira ya no debe ser parte de nosotros. Efesios 4: 25 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.” Cuando decimos que somos pueblo de Dios, pero nos gusta las practicas del mundo estamos mintiendo.

2. Debemos controlar nuestro enojo. V 26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” si tenemos la humildad como para pedir perdón y perdonar a quienes nos ofenden

3. Debemos trabajar para no caer en malas Prácticas. V 28 “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.” Ahora si estamos dispuestos ara ayudar o solo seguimos exigiendo que los demás den.

4. Nuestra forma de hablar debe ser decorosa. V 29 “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” Nuestra familia debe ser la primera en beneficiarse de nuestra forma agradable de hablar y tratar a los demás.

Cuando recibimos a Jesucristo en nuestro corazón pasamos a ser pueblo de Dios, nuestro comportamiento y nuestra forma de actuar deben ser quienes lo testifiquen.

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