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Ezequiel 26. No te aproveches del mal Ajeno

 

Lastimosamente cada día la convivencia en este mundo es más crítica.

 La violencia y las guerras que vemos a diario entre grupos armados o entre naciones, nacieron del mal deseo albergado en el corazón de alguien, que se alegró de la desgracia de otros.

Esto le sucedió a Tiro, cuando miro que Jerusalén estaba pasando por momentos de dificultad. V 2 “ «Tiro ha dicho, a propósito de Jerusalén:» “¡Ah, la puerta del comercio entre las naciones está hecha pedazos! ¡Ahora ha llegado mi turno! Yo me lleno de riquezas mientras ella queda en ruinas.”

Muchas personas no solo se alegran del mal de los demás, también se aprovechan de su vulnerabilidad para tomar su puesto y obtener sus beneficios.

Lastimosamente este mal no solo sucede en el mundo secular, muchos pastores cuando ven que alguno de sus consiervos cae en pecado o comete algún error, inmediatamente inician un ataque despiadado ofreciéndose como salvadores y restauradores de las almas que están en esa iglesia.

En lugar de tratar de restaurar al siervo en desgracia aumentan mas la cizaña con el fin de invitar al rebaño a que haga parte de su congregación.

Lastimosamente este tipo de personas que devoran a los demás aprovechando su mal momento se con vierten en enemigas de Dios y de todo aquel que en su corazón todavía alberga misericordia. V 3 “» Por eso yo, el Señor, digo: Tiro, yo me declaro tu enemigo. Haré que muchas naciones se levanten contra ti, como levanta el mar sus olas,

Cuando una persona se alegra del mal de otro, atrae para si el mal que deseaba para la otra persona. V 4 “y que destruyan tus murallas y echen abajo tus torres. Hasta el polvo barreré de su lugar, y solo dejaré una roca pelada.”

No se trata de que alcahueteemos el pecado, se trata que tengamos misericordia para poder restaurar y reconciliar con Dios aquella persona que tuvo el Problema. Mateo 9: 13 “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.

el mandamiento de Jesucristo es que no nos alegremos del mal de los demás, a si este sea nuestro enemigo. Proverbios 24: 17 “Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes, Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón

en este mundo hay una ley que se conoce como la ley de la compensación, lo que hago a otros eso es lo que recibo.

En el mundo espiritual esta ley se la conoce como la ley de la siembra y la cosecha, lo que siembro en otras personas eso es lo que recibo o cosecho. Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”

Por eso la mejor fórmula para vivir bien, es hacerle a los demás lo que nos gustaría que ellos hicieran con nosotros en el momento en que los necesitemos. Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas

Recuerda la advertencia de Jesucristo, el que crea que este firme cuídese de no caer. 1 corintios 10: 12 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” en este mundo todos estamos en riesgo de equivocarnos y resbalar, nunca te aproveches del mal ajeno.

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