En la biblia el corazón no tiene que ver con el órgano o musculo que bombea sangre a nuestro cuerpo, en la biblia el corazón representa nuestras emociones, nuestros deseos y pasiones. Lo que hay en nuestro corazón es lo que hace que se dañe o se sane. Mateo 15: 18-19 “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 5:19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” nuestros actos no se hacen de la noche a la mañana, todo nuestro actuar se gesta en nuestro corazón.
Si queremos tener una muy buena
convivencia con los demás y sobre todo si queremos tener una excelente actitud
debemos cuidar nuestro corazón. Proverbios 4: 23 “Sobre toda cosa
guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.”
No podemos cuidar algo si no
sabemos de qué lo debemos cuidar, por esta razón Jesucristo quiere mostrarnos
que cosas pueden cambiar para mal nuestro corazón.
1. Vanagloria. V 3 “Dirás a Tiro, que está
asentada a las orillas del mar, la que trafica con los pueblos de muchas
costas: Así ha dicho Jehová el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta
hermosura.” es necesario amarnos a nosotros mismo. Una de las
condiciones para poder amar a los demás es si primero nos amamos a nosotros
mismos.
Cuando nos endiosamos a nosotros
mismos o nos veneramos nuestro corazón se llena de orgullo y esto hace que
despreciemos a quienes más nos quieren.
2. Usar nuestro Poder para comprar
la Amistad de los Demás. V 12 “Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de todas tus
riquezas; con plata, hierro, estaño y plomo comerciaba en tus ferias.” las
personas que no tienen control sobre sus riquezas creen que todo lo pueden
comprar. Podrás comprar el amor de los demás pero nunca la felicidad. Podrás
comprar el colchón más caro del mundo, pero no podrás comprar el sueño.
3. Malas compañías. V 25 “Las naves de Tarsis
eran como tus caravanas que traían tus mercancías; así llegaste a ser opulenta,
te multiplicaste en gran manera en medio de los mares.” los seres
humanos somos influenciables, si acostumbramos a relacionarnos con personas humillantes
y llenas de vanagloria pronto terminaremos siendo igual o peor.
4. Creer que de nosotros dependen
todos los Demás. V 33 “Cuando tus mercaderías salían de las naves, saciabas a
muchos pueblos; a los reyes de la tierra enriqueciste con la multitud de tus
riquezas y de tu comercio” cuando creemos que todos dependen de nosotros
empezamos a maltratar y a humillar a quienes nos rodean.
5. No asimilar el dolor en nuestra
alma. El dolor que otras personas nos ocasionan muchas veces hace que nuestro
corazón se endurezca y se vuelva insensible.
6. No saber Perdonar a quienes nos
Ofenden. Lucas 6: 37 “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no
seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.” La falta de perdón
envenena el alma, la falta de perdón nos esclaviza al odio y la venganza.
7. La Envidia. Salmos 73: 2-3 “En cuanto a mí, casi
se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. 73:3 Porque tuve
envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos.” el
sentirnos mal por los triunfos de otros hace que nuestro corazón se sienta
herido y decepcionado de Dios y de nosotros mismos.
Todos los seres humanos pasamos por
momentos de mucha dificultad, constantemente estamos hiriendo o nos están
hiriendo y esto hace que nuestro corazón se vea afectado es decir se dañe.
La única forma seria tener un nuevo
corazón, eso es lo que precisamente hace Jesucristo, él nos da un nuevo
corazón, sensible a su voz y a la Felicidad. Ezequiel 36: 26 “Os daré corazón nuevo,
y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el
corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”
De lo que hay en nuestro corazón
depende que estemos felices o amargados, todo lo que hay en nuestro corazón se
refleja en nuestro Rostro. Proverbios
15: 13 “El
corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el
espíritu se abate.”
De lo que hay en nuestro corazón
depende nuestra forma de actuar, no permitas que los demás o las difíciles
circunstancias que tengas que pasar cambien tu corazón.
